Se conocieron los ganadores del concurso literario por los 100 años de Cariló

El certamen organizado por la municipalidad de Pinamar y la Peña de Escritores Pinamarenses para celebrar el centenario de la localidad de Cariló llegó a su fin y se dieron a conocer los ganadores y menciones especiales. También del concurso de cuentos cortos.

La iniciativa para homenajear a Cariló, al cumplir 100 años, tuvo como ganadora a la poesía de María Rosa Rzepka titulada “Rebelarse al destino”. El jurado también adjudicó menciones especiales a los relatos breves “Invisible” (Ulises Cremonte); “Amar verdadero” (Ramiro J. Álvaro) y “Diez años” (Román Ksybala). Asimismo, se otorgó un reconocimiento especial a Maite Prados Maqueda, de 10 años, por su texto “El dueño del Gorrito”.

La  presentación del libro, que incluirá los relatos del certamen literario, y el reconocimiento a los ganadores se realizará el 20 de diciembre, en el marco de la celebración por el centenario de Cariló.

Por otra parte, en forma simultánea la Peña de Escritores de Pinamar promovió un concurso de cuento corto. Los organizadores recibieron 150 trabajos entre concursantes mayores y menores, de los cuales 11 fueron preseleccionados antes de elegir a los ganadores.

Así, en la categoría Mayores el primer premio se lo llevó Laureana Linares (Pinamar) con su cuento “Maggio”; seguida de “Obediencia debida”, cuya autora es Silvia Tizio (La Plata). Las menciones honoríficas fueron para “Marcos Funes, Inventor” (Ricardo C. Rodríguez, La Plata); “Jugando a la rayuela” (María Cristina Faroppa, Tandil); “Sombras” (Paola Andrea Rinetti, Pablo Podestá) y “El disfraz”(Hugo Alberto Alonso, San Pedro).

La poesía ganadora

“Rebelarse al destino”

A merced de los vientos en un rincón de olvidos

en un baile sinuoso, poblado de silencios,

los médanos perdieron su vestido.

Una esperanza verde, lentamente, hizo nido

como premio al esfuerzo del pionero que quiso

creer en utopías. Rebelarse al designio.

Los duendes de los bosques arrojaron estrellas,

simples gotas de lluvia, aplacando la arena

que el mar hubo perdido.

Y los médanos verdes suspiraron su alivio.

Cariló se hizo oasis, remanso de las olas

que llegan a sus playas rebosantes de espuma;

deben marcharse empero, a enamorar gaviotas,

jugar con los moluscos, brillar bajo la luna, soñar con el regreso.

Cariló se hizo bosque, allí donde las dunas mudaron su vestido.

Hoy luce tantos verdes, reproduce los trinos

de aquellos cuyos sueños se sienten bendecidos

y eligen estos lares para instalar sus nidos.

 

Lo más visto