Alberto Cortez, el cantautor que adoptó el nombre de un artista peruano y llegó a la fama

El cantante argentino, José Alberto García Gallo, conocido como Alberto Cortez, falleció este jueves en Madrid, España, debido a una insuficiencia cardíaca. Su historia, repleta de éxitos musicales y de extensa trayectoria, también tiene un episodio muy particular relacionado a su identidad.

Nacido en Rancul (La Pampa) el 11 de marzo de 1940, José Alberto García Gallo, su nombre real, empezó a tocar el piano a los seis años y a componer canciones con 12.

A los 20, cuando le llegó la citación para cumplir el servicio militar argentino, se alistó en el Argentine International Ballet Show, que partía rumbo a Europa.

El proyecto fue un fiasco y el empresario a cargo desapareció. Los músicos quedaron sin trabajo ni dinero en Bélgica. Fue en ese momento en donde a García Gallo le aconsejaron adoptar la identidad de un artista que gozaba de cierto renombre: el cantante peruano Alberto Cortez (Darío Alberto Cortez Olaya en la partida de nacimiento).

Haciéndose pasar por el peruano y adoptando su mismo repertorio de boleros y cha-cha-chas, Cortez (el argentino) empezó a actuar en Alemania y Bélgica. En 1964, Cortez (el peruano) tuvo una oferta para grabar un disco en Madrid, pero quien se presentó en el estudio fue el otro Alberto Cortez. Así, el argentino, lanzó su primer éxito, Sucu-sucu.

El Alberto Cortez peruano demandó en Amberes al Alberto Cortez argentino y logró que los tribunales belgas le cedieran la exclusiva del nombre artístico por 20 años.

En 1966, el Alberto Cortez argentino, ya famoso, fue detenido en Barcelona por usar ilegalmente el nombre, pero la discográfica Hispavox pagó su fianza y el asunto quedó empantanado en los tribunales españoles.

El Alberto Cortez peruano, que en adelante se hizo llamar El original, desistió de la disputa tras un áspero enfrentamiento con el argentino a través de la prensa.

Los detalles de la historia se conocen por la autobiografía del peruano, Yo sí soy Alberto Cortez y fueron difundidos en un fascinante artículo de Enric González publicado por el diario El País de España en el marco del fallecimiento del Cortez argentino.

García Gallo, que logró mucha más fama y acaba de fallecer a los 79 años en la capital española, donde residía, prefería habitualmente no hablar del tema.

Su larga carrera cuenta con medio centenar de álbumes, por los que recibió cuatro discos de oro, cuatro libros de poemas y dos películas como actor, Los éxitos del amor (1879) y Ritmo a todo color (1980).

Internado a fines de marzo, tenía previsto dos días más tarde de su hospitalización un concierto en el Teatro Nacional de Santo Domingo, en la República Dominicana.

Cortez es autor y cantante de grandes éxitos de la música latinoamericana como En un rincón del alma, Callejero, Mi árbol y yo, A partir de mañana, Te llegará una rosa, Castillos en el aire, o El abuelo, entre otros.

 

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