En España quieren prohibir la prostitución

Hasta 40 millones de personas son prostituidas en el mundo, según informes internacionales. Tres de cada cuatro tienen entre 13 y 25 años de edad. Y en el caso particular de España, hay al menos tres burdeles por cada hospital público convirtiéndose en uno de los países con más clientes de prostitución del mundo.

Según revela el diario El País de España, el gobierno de esa nación europea quiere regular la trata y la explotación sexual con una nueva ley que proteja a las víctimas forzosas. Su inspiración es el modelo abolicionista sueco, que persigue a los clientes y presume de haber reducido la prostitución callejera a la mitad.

De acuerdo al Ministerio del Interior español, se censaron en el territorio ibérico 14.000 prostitutas en 2017 aunque se estima que son al menos el triple. Otros informes aluden a 100.000. La policía calcula que el 80% de ellas son víctimas forzadas, aunque no existen cifras oficiales.

La aprobación de un sindicato de prostitutas en el boletín oficial del Estado provocó la semana pasada la retractación inmediata del gobierno y el relevo de la directora de Trabajo, Concepción Pascual. Polémica mediante, el presidente, Pedro Sánchez, anunció que España tendrá una ley contra la trata y la explotación sexual. El PSOE defiende sancionar “la demanda y compra de prostitución” como hace Suecia. Así lo recoge en su último programa electoral aunque el Ejecutivo no aclara aún si lo incluirán tal cual en un anteproyecto cuya elaboración acaba de arrancar.

Suecia ha multado a más de 7.600 hombres desde que empezó a perseguir al cliente en 1999, unos pocos de ellos con penas de cárcel. Después se han sumado Noruega, Canadá o Islandia y, más recientemente, Francia o Irlanda, con multas de hasta 2.000 euros por pagar por sexo.

Alemania merece un párrafo aparte: desde que liberalizó la prostitución en 2002, es el gran burdel de Europa, con gigantescos locales con colas de clientes atraídos por la tarifa plana de sexo, cerveza y salchichas por 70 euros. Como hay más oferta, se han reducido las tarifas por encima del 20% y solo entre un 1 y un 5% de mujeres se han inscrito en el registro obligatorio de prostitutas.

 

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