¿A cuánto se calcula el valor de un asteroide desde el punto de vista de la minería?

En los últimos días, se supo que la sonda japonesa Hayabusa 2 llegó ante su objetivo, un diminuto asteroide identificado por el número de catálogo 162173, conocido por los especialistas con el nombre de Ryugu.

Ryugu fue descubierto en 1999, dentro de un programa para localización de asteroides cuya órbita puede acercarse peligrosamente a la de la Tierra. Forma parte de un grupo conocido como asteroides Apollo en el que ya hay registrados cerca de un millar y medio. Casi todos son muy pequeños. El que cayó en Chelyabinsk (Rusia) hace cinco años dejando un buen montón de heridos por cristales rotos, era un Apollo no detectado.

Con la Hayabusa 1 en 2003Japón se unió a Estados Unidos y Rusia en ser los tres únicos países que poseen muestras de material extraterrestre, fue la primera misión dirigida a obtener muestras de un asteroide: tras un accidentado viaje, consiguió cumplir su objetivo y regresar a la Tierra con mineral recogido en el asteroide Itokawa.

En esta segunda oportunidad nada será fácil y habrá un espectacular operativo. La bajísima gravedad del Ryugu impide un aterrizaje convencional. Cualquier rebote por suave que fuera enviaría la sonda de nuevo hacia el espacio. En su lugar, se seguirá un procedimiento más complicado. Primero, desde una distancia de cincuenta metros, el Hayabusa 2 disparará contra el suelo una bala de cobre de un par de kilos de peso para formar un cráter artificial que exponga el terreno subyacente, sobre el que se harán todos los experimentos. Después, la nave irá descendiendo poco a poco hasta que una especie de embudo haga contacto con el suelo. Un nuevo disparo, esta vez de un proyectil más ligero de tantalio puro, hará que algunas esquirlas del suelo salpiquen de forma que algunas sean recogidas por el embudo. De ahí pasarán a una cápsula que –tras otro largo viaje- las devolverá a la Tierra. El regreso será en el 2020. Es lo que tienen los vuelos especiales: que llevan mucho tiempo.

Esta carrera espacial puso en ebullición otro tema que va más allá del conocimiento y la investigación. Ryugu es un asteroide de tipo C, metálico. Su composición probablemente incluye níquel, hierro, otros elementos pesados y quizás trazas de agua. A partir de esos elementos, alguien ha calculado ya que su valor desde un punto de vista minero puede ser de unos 80.000 millones de dólares.

En el caso de deducir los astronómicos costes de explotación, el beneficio futuro de una compañía que decidiese explotarlo podría alcanzar los 30.000 millones.

 

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