La fruta, el ingrediente perfecto para una dieta saludable

Se ha dicho de la fruta: que debemos evitarla de noche, que es enemiga de los diabéticos, que es nociva como postre y que mejor sería ingerirla antes de la comida principal. Sin embargo, la nutrición tiene varias cosas que decir al respecto.

Carlos Ríos, impulsor de Real Fooding, un movimiento que defiende el consumo de alimentos naturales, explica en un artículo del diario El País de España que la confusión en torno a la fruta tiene mucho que ver con una interpretación errónea de “los efectos que tiene el azúcar de manera aislada”, en contraposición a la propia fruta, que es “mucho más” que azúcar aislada.

El experto lo aclara: “El azúcar de la fruta se encuentra integrado dentro de lo que conocemos como la matriz alimentaria del alimento, es decir, junto a otros muchos componentes de la propia fruta que hacen que este azúcar no tenga los mismos efectos que cuando va añadido a los productos ultraprocesados”.

Si confundimos el azúcar de la fruta con el refinado es porque, según él, “la ciencia de la nutrición ha evolucionado centrándose en nutrientes, en lugar de alimentos”. Para explicarlo, acude a uno de los alimentos que, junto con la fruta, más estigmas carga: el huevo, asociado al colesterol y la grasa saturada.  “Hacemos asociaciones que parecen lógicas pero resultan ser falsas cuando lo llevamos a estudio científico. Hoy sabemos que los alimentos en su estado natural y mínimamente procesados son saludables, tengan más o menos azúcar, grasa o proteína”.

La confusión entre el azúcar natural de los alimentos el el azúcar refinado podría ser la clave de esta desinformación. Una equivocación que, según la nutricionista Gabriela Uriarte, va más allá de lo que se cuenta o publica sin contrastar con profesionales de la nutrición: “Lo hemos creído porque ha habido gente que lo ha dicho y lo sigue diciendo. Estos bulos no solo son de revistas o de prensa no especializada: lo he escuchado incluso de personal sanitario”.

Los nutricionistas coinciden en que, en general, la fruta es saludable a cualquier hora (de noche tampoco engorda). No obstante, aclaran, siempre existen algunas excepciones personales. “Exceptuando ciertas patologías, la fruta es buena siempre. Se ha demostrado que ayuda a mantener un peso saludable, controla enfermedades cardiovasculares e incluso la diabetes”, aclara Uriarte en diálogo con el citado medio español.

Un enemiga para los diabéticos que no debería ser tal

Existen pautas entre las cuales se recomienda a los diabéticos consumir fruta, mientras la creencia popular asegura que es como veneno para ellos por su contenido en azúcar. Lo cierto es que primero es preciso tener en cuenta si se trata de diabetes tipo uno -se inyectan- o de tipo dos (se medican por vía oral).

 “El azúcar de la fruta es un azúcar de muy fácil asimilación que hace que necesitemos insulina en sangre. Por eso, a un diabético le sube muy rápido el azúcar con un zumo de naranja natural, pero no con una naranja entera, ya que la fibra propia de la fruta hace que ese azúcar vaya más lento” explica al respecto otra de las especialistas consultada, la también nutricionista Tamara Lloret.

Consumir fruta no solo es saludable en cualquier momento del día, sino que es preciso respetar la cantidad recomendada por la OMS. Ni más, ni menos; porque, como asegura Lloret, “el equilibrio en nutrición es la base de todo”.

Aunque intentemos creer que no hay una campaña de desprestigio premeditada contra la fruta, si se informara correctamente sobre este alimento, se extendieran sus beneficios y se combatieran ciertos tópicos por todos los medios, habría afectados. Por ejemplo, esas chucherías gelatinosas disfrazadas de mora no tendrían razón de ser ante las moras reales. Quien las fabrica, tampoco. Si todos siguiésemos a rajatabla la indicación de la Organización Mundial de la Salud de comer cinco piezas de fruta cada día, ¿tendríamos antojos de golosinas o chocolatinas? ¿Beberíamos refrescos azucarados si asumiéramos que lo que el cuerpo necesita en ese momento es una manzana o un plátano? Probablemente, no, porque nuestro cuerpo ya habría ingerido el azúcar que necesita (acompañado de fibra y nutrientes).

 

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