El Mar Argentino, una de las seis áreas del planeta claves para la biodiversidad marina

Así lo determinaron en un estudio investigadores australianos, neozelandeses y españoles que utilizaron los datos de una constelación de satélites recopilados en los últimos 30 años para saber qué le está haciendo el cambio climático a los mares del planeta e identificaron las seis grandes áreas de la Tierra que habría que salvaguardar si se quiere que siga habiendo vida en el mar.

Se sabe, y más aún los científicos, que la temperatura de las aguas superficiales está aumentando, el fitoplancton, base de toda la cadena, está disminuyendo y las corrientes marinas están cambiando. En un artículo del diario El País, el ecólogo de la Estación Biológica de Doñana del CSIC y principal autor del estudio, Francisco Ramírez, explicó que «El calentamiento oceánico afecta en particular a las aguas superficiales».

Los análisis, publicados en Science Advances, muestran dos tendencias contrapuestas. Por un lado, el calentamiento de las aguas superficiales que no ha dejado de aumentar desde los años 80 del siglo pasado. Por el otro, la concentración de clorofila por metro cúbico, que no ha parado de disminuir desde entonces.

El trabajo también ha medido una tercera variable: las corrientes marinas, las responsables de repartir el calor por todo el planeta y, en conjunción con los movimientos atmosféricos, también las del tiempo meteorológico.

«En las regiones cercanas al Ecuador, en particular en el Pacífico, la velocidad de la corriente oceánica se está reduciendo«, comenta Ramírez. Los investigadores sostienen que aún es pronto para determinar el impacto sobre la vida marina de estos cambios. «Habrá especies que salgan perdiendo y otras a las que les irá bien», reconoció el ecólogo español.

Partiendo de esta situación, los investigadores identificaron seis grandes áreas marinas que, por su riqueza de vida, habría que salvaguardar para asegurar un mínimo de biodiversidad. Para ello usaron datos de otras investigaciones con la distribución global de 1.729 especies de peces, 124 especies de mamíferos marinos y 330 especies de aves.

El estudio destaca la región marina del Pacífico oriental frente a las costas de Perú y alrededor de las Galápagos. En América también señala las costas de Argentina y las aguas en torno a las Malvinas. En África, la región alimentada por la corriente de Benguela, en el Atlántico sudafricano, y que sube por el índico, frente a Madagascar. Otra de las regiones a proteger es la bañada por los mares de China y Filipinas, en el sureste asiático. Una quinta, la que va desde el sur de Australia hasta el oriente del continente, a lo largo de la gran barrera de coral. La sexta región está localizada en el Pacífico central y baña las islas polinésicas.

«El problema es que, en general, el impacto del cambio climático está siendo más intenso en estas zonas», destaca Ramírez. Y hay otro problema, también, de origen humano: dada su gran riqueza biológica, estas regiones son las que más atraen a la industria pesquera.

 

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