En Róterdam instalan semáforos que detectan la lluvia y pasan a verde para favorecer a los ciclistas

El ayuntamiento de esa ciudad holandesa realizó un ensayo con dispositivos denominados thermican que detectan el grado de calor derivado del número de bicis que se acercan a un cruce. Cuando hay muchas, reduce el tiempo de espera y el semáforo se pone verde antes de lo programado.

El éxito del ensayo, iniciado el pasado septiembre y evaluado ahora en la ciudad portuaria,  se produce sin poner en peligro a nadie, porque los semáforos destinados a los automovilistas están programados para adaptarse automáticamente.

Hace una década, el gobierno de esa ciudad calculó que unas 40.000 personas utilizaban la bici a diario. Ahora ya son más de 70.000, en una urbe de 600.000 habitantes. Y los planes municipales quieren convertir a Róterdam en 2018 en la ciudad de la bici”.

Por eso, la comuna holandesa también ha ensayado durante dos años con otros sensores para detectar lluvia, nieve y granizo, y reducir la mojadura de los ciclistas. Con los datos de la temperatura, salta antes la luz verde, lo que busca favorecer el uso de la bicicleta a pesar del mal tiempo.

Cuando el carril bici con el nuevo semáforo tiene más de diez ciclistas en espera, se pone verde: pueden pasar los ciclistas. Si hay cola, se mantiene abierto un poco más para dar tiempo a la mayoría. Durante el día, los coches suelen aguardar unos 67 segundos para reanudar su marcha.

 

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