La vida no se originó en la Tierra desde cero

Gracias a la misión espacial Rosetta, la primera que ha orbitado y aterrizado en un cometa y que finalizó en 2016, los astrónomos lograron muchos descubrimientos, entre ellos, cómo pudo surgir la vida en la Tierra.

Los cometas tienen especial importancia para comprender el Sistema Solar puesto que en su interior conservan el material intacto que existía en sus orígenes, hace 4.500 millones de años. Al contrario que la Tierra, que ha ido cambiando por el movimiento de las placas tectónicas y los volcanes.

La astrofísica Luisa Lara, que trabaja actualmente en la misión BepiColombo, a lanzarse en 2018 para estudiar en detalle Mercurio, el planeta más cercano al Sol; se desempeñó como investigadora del proyecto que depositó la nave Rosetta en el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko y brindó una entrevista al diario El País de España en donde explicó los conocimientos adquiridos en el último tiempo.

Uno de los hallazgos más relevantes que ha realizado Rosetta es el descubrimiento de moléculas de oxígeno en el cometa sobre el que logró posarse: 67/P, algo que no hubiese sido posible con los telescopios terrestres.

Otro de los descubrimientos es la presencia de 16 compuestos orgánicos como moléculas precursoras de proteínas, de azúcares e incluso de ADN.

“En la superficie de la Tierra había agua líquida que probablemente vino de los asteroides. Si la Tierra fue bombardeada por material meteorítico y ese material produjo océanos de agua y después llegaron a impactar cometas que traían glicina, lo más seguro es que en determinadas condiciones empezasen a formarse los primeros ácidos nucleicos y de ahí la vida. Lo que está claro es que los ingredientes para la vida llegaron de fuera, la Tierra no los podía tener de forma original”, sentenció al respecto la citada Lara.

De este modo, la teoría del origen extraterrestre de la vida (conocida también como panspermia), sigue viva, aunque solo en una versión blanda: no es que la primera bacteria llegara aquí desde el espacio (panspermia dura), sino que se formó aquí con unos materiales químicos llegados del espacio (panspermia blanda).

Aunque la panspermia, ya sea dura o blanda, es cualquier cosa menos una novedad, lo cierto es que los físicos saben ahora con pruebas que la Tierra joven no era autónoma para generar vida. Los componentes esenciales de la biología, la lógica profunda de la química orgánica, nos llovieron del cielo.

 

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