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¿Cómo será ir al cine en el futuro según el cofundador de Netflix?

Mitch Lowe, que dimitió en 2011 de la famosa plataforma de películas para crear una startup propia, lanzó años atrás MoviePass, una iniciativa que ha despertado un fervoroso interés por el cine, pero por el de siempre, el de butaca, palomitas y una gran pantalla.

El furor por la fórmula de una tarifa plana de cine por 9,95 dólares al mes, costo estrenado esta semana en Estados Unidos, fue tal que, de momento, ya no hay manera de darse de alta en el sistema.

Aunque no sirve para películas 3D, ni para Imax, un gran número de salas ha sido incluida en la promoción en el país norteamericano. Con 34.000 pantallas (el 90% de todas las disponibles), MoviePass -que se había activado en junio de 2013 y crecía a buen ritmo-, nunca había visto caer y tropezar a su sitio por la avalancha de demanda.

Según detalla el diario El País de España, a través de un artículo de Rosa Jiménez Cano, con la tarifa cercana a los 10 dólares al mes, la MoviePass ofrece 30 días de pantalla grande por menos del precio de una entrada. De hecho, es la misma cantidad que pide Netflix por su contrato más popular en valores del billete verde.

Antes, esta promoción costaba 29,95 dólares y no terminaba de despegar. Ahora, la iniciativa es tan agresiva, que AMC, una gran cadena de cines, decidió descolgarse de la plataforma en menos de 24 horas.

Ante las críticas suscitadas por la medida, con miedo entre los exhibidores, Eric Wold, analista de Riley & CO, ha emitido una nota a sus clientes en la que afirma que si MoviePass consigue que las masas vuelvan a los cines, estarán salvados. Según los datos de MoviePass, el 75% de sus suscriptores son millennials y gastan un 120% más de la media en el resto de servicios del cine (refrescos, palomitas…) que el resto de clientes.

 

 

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