Ocurrió en Brasil y la nueva hazaña podría añadirse al libro Guinness de los Récords. Los saltadores, muchos de ellos equipados con cámaras de vídeo, se arrojaron al vacío desde unos 28 metros de altura. En total han necesitado más de 30 kilómetros de cuerda.

 

 

Tras el salto, estos centenares de personas se han quedado colgando de la estructura. Algunas personas han aprovechado para lanzarse al agua y darse un baño mientras que otras han vuelto a trepar hasta el puente.

Aún no está confirmado que hayan batido el récord, pero sí han logrado grabar unas imágenes que están dando la vuelta al mundo.