Los presidentes de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, los cuatro miembros plenos del bloque regional sudamericano, pidieron de modo indirecto a Nicolás Maduro que suspenda la elección de una Asamblea Constituyente prevista para el 30 de julio.
Aunque el vicecanciller argentino, Guillermo Raimundi, había adelantado que en el contenido del documento que firmarían los mandatarios reunidos en la provincia de Mendoza, estaría presente “el pedido directo a Venezuela para que se abstenga de convocar a esa elección”, finalmente, la declaración final no citó esa cuestión en puntual, pero dejó un mensaje tanto para Maduro como para los contrarios al oficialismo: “Los Estados Partes del Mercosur y los Estados Asociados de Chile, Colombia y Guyana, así como México (…) exhortan al Gobierno y a la oposición a no llevar a cabo ninguna iniciativa que pueda dividir aún más a la sociedad venezolana o agravar conflictos institucionales”.
Venezuela ya se encuentra suspendida del bloque desde hace seis meses por no cumplir con las pautas de adecuación económica. La intención de Mauricio Macri (Argentina); Michel Temer (Brasil); Tabaré Vázquez (Uruguay) y Horacio Cartes (Paraguay) es que ahora el país caribeño pierda incluso el derecho a participar de las reuniones del bloque con voz pero sin voto, como puede hacer ahora si no se hubiese autoexcluido.
Raimundi había aclarado que no está en los planes, en cambio, una expulsión de Venezuela porque “sería contraproducente”. “No haremos nada que pueda afectar a la población venezolana, que padece violencia política y crisis económica. Sobre todo porque creemos que la situación en Venezuela es coyuntural y que cuando haya un acuerdo a través del diálogo con la oposición podrá volver a ser parte del Mercosur”, agregó el funcionario de Macri.