El jugador brasileño, de 25 años, tenía contrato con el Barcelona hasta 2021. Sus abogados pagaron en las oficinas del equipo catalán los 222 millones de euros de la cláusula de rescisión del contrato del jugador, que se va al PSG francés.
Desde la liga española habían rechazado el depósito que portaban los abogados del jugador por considerar que el dinero incumple con las reglas de juego limpio financiero. Sin embargo, la Ligue 1 francesa emitió un comunicado para pedirle a su par ibérica que no bloqueara el traspaso del brasileño y se ajustara al reglamento de la FIFA.
Por eso, directamente, las oficinas del club azulgrana fueron el lugar en el que se logró destrabar la salida del jugador del club. Habitualmente, el trámite para el pago de la cláusula se ejecuta en la sede de la liga española. Se efectúa con un cheque que emite el club que ficha a favor del club de procedencia.
El club francés, propiedad del multimillonario catarí Nasser al-Khelaifi, deja una marca en la historia del mercado de pases con este traspaso, que supera en 100 millones de euros al anterior más caro de la historia, el de Pogba de la Juventus al Manchester United por 120 millones.