Horas después de dar a conocer la aprehensión de un hombre de 56 años al mando de un peligroso arsenal compuesto por proyectiles antitanque, fusiles, pistolas y escopetas, la policía de la provincia de Buenos Aires brindó más detalles de un operativo que incluyó el desempeño del área de explosivos para detonar parte del material en una playa alejada.
El sujeto detenido en la localidad de Santa Teresita tenía en su poder más de lo que se informó inicialmente: acusado de proveer armas de fuego a delincuentes en la zona de la costa atlántica, los efectivos lo hallaron en poder de un armamento sobre el que aún se investiga procedencia. En el lugar, el complejo de departamentos de calle 29 al 1000, había armas con pedido de confiscación.
En el procedimiento, realizado con el aporte de la Delegación de Investigaciones del Tráfico de Drogas Ilícitas y Crimen Organizado de Dolores y de policías de la comisaría 1° de Santa Teresita, se incautaron varios proyectiles calibres de 65 milímetros con inscripción “FAL Ejército”, de 25 milímetros y de 20 milímetros; dos granadas de fusil 40 mm explosiva FMK4 y una de fusil 40 mm explosiva FMK3 (antitanque fragmentación), y varias espoletas de proyectiles.
Además, de acuerdo a la información difundida por la policía, se hallaron diez fusiles, tres subfusiles, 34 pistolas, 21 escopetas, siete carabinas, 16 revólveres, cuatro pistolones, cuatro supresores, cañones de pistolas, caño de escopetas, 31 cargadores de diferentes calibres, más de 4 mil proyectiles de estas armas y veinte tarjetas de tenencia de algunas de las armas.
Entre las hipótesis que manejan desde la UFI N° 2 descentralizada de La Costa, a cargo de Martín Prieto; y el Juzgado de Garantías N° 4, de Diego Olivera Zapiola, pertenecientes al Departamento Judicial Dolores, el imputado tendría relación directa con muchos de los delincuentes de la zona a quien les proveía de armas para cometer diferentes delitos.
Luego del allanamiento y los hallazgos, efectivos del área de explosivos de la Superintendencia de Seguridad Siniestral detonaron parte del material en una playa alejada, ante el riesgo de que el mismo, al ser trasladado, pueda estallar y lesionar no solo al personal que lo manipulara, también a terceros. Al no conocerse su origen, estado de conservación y al tener pérdida la cadena de custodia de acuerdo al protocolo vigente, las fuerzas de seguridad decidieron montar un operativo de destrucción de los explosivos en la arena.