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1,9 de inflación en septiembre

La información brindada por el Indec se ubicó por encima incluso de los cálculos menos optimistas realizados por estudios privados, el Congreso y hasta los sindicatos.

En el coloquio de Idea, el encuentro anual de empresarios más importante de Argentina celebrado esta semana en Mar del Plata, la euforia de los asistentes por el rumbo general de la economía neutralizó cualquier crítica en público. Mientras Marcos Peña, jefe de Ministros y mano derecha del presidente Mauricio Macri, auguraba que, pese al último índice, 2018 cerrará “con la inflación más baja de los últimos ocho años”.

El rojo de la balanza comercial de la Argentina superará este año los 6.000 millones de dólares, las tasas de interés están por encima del 26% desde abril, hay atraso cambiario y, sobre todo, inflación, un mal endémico que no se consigue dominar y que lastra el crecimiento.

Argentina ocupa el séptimo lugar entre los países con más inflación del mundo, una lista que lideran Venezuela, Sudán, Congo y Libia. La estrategia de Macri fue hasta ahora controlar la inflación con una política de restricción monetaria a cargo del BCRA. Su presidente, Federico Sturzenegger, mantiene las tasas por encima del 26%, pero la estrategia no ha dado los resultados esperados. En sólo 9 meses, Argentina superó la meta anual de inflación y las expectativas no son buenas para después de las elecciones.

El gobierno ha pospuesto para el tercer trimestre nuevas subidas en los combustibles y aún están pendientes aumentos en las tarifas de electricidad y gas, de alto impacto en el IPC. En sus estimaciones sobre el año próximo, el ministro de Economía Nicolás Dujovne ya se animó a dar cifras en torno al 10% de inflación.

 

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