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¿Qué indican los primeros datos de la autopsia al cuerpo de Santiago Maldonado?

El trabajo fue encabezado y dirigido por Roberto Cohen del Cuerpo Médico Forense (CMF) y los comentarios fueron unánimemente elogiosos sobre la seriedad y el nivel de consulta con los 56 especialistas presentes en la realización de la autopsia macroscópica, que no pudo establecer de forma definitiva la causa de la muerte. 

Fue la autopsia número 3087 del CMF efectuada durante 2017, lo que demuestra la experiencia del equipo, tan cuestionado en el caso Nisman. A priori, el cuerpo no tiene vestigios de una agresión de terceros: no hay cuchilladas, lesiones por arma de fuego o golpes.

Además, se comprobó que tiene unas pocas lesiones provenientes de peces y dos mordeduras pequeñas de un hurón o zorro. No se perciben lesiones en las manos ni en los puños que indiquen que se haya defendido de alguien.

En paralelo, Cohen y su equipo percibieron que “la médula estaba líquida”, es decir que una cavidad cerrada como es la médula tenía agua. Lo mismo pasó con distintos órganos. Cuando una persona cae al agua, estando viva, obviamente trata de respirar. El líquido entonces invade todo e incluso pasa a la sangre.

En la autopsia, por ejemplo, se extrajo sangre del corazón para hacer ese tipo de estudio. Por estos primeros descubrimientos es que está la apreciación, a primera vista, de que Santiago murió por submersión, es decir ahogado.

Ya en el terreno criminalístico, los forenses se llevaron la impresión de que jugó un papel importante la cantidad de ropa que llevaba y que, mojada, actuó como un verdadero plomo dentro del agua. En la autopsia se lo pesó vestido, 83 kilos, y desnudo, 52. Una masa enorme de 31 kilos adicionales.

  1. Una remera puesta al revés, con las letras hacia adentro
  2. Un pullover de lana
  3. Un pullover de fibra
  4. Un polar
  5. Una campera
  6. Tres pantalones, incluyendo uno de nieve y uno con tela polar
  7. Una bufanda
  8. Dos pares de medias
  9. Borceguíes
  10. En el bolsillo izquierdo tenía un bastón extensible.

A eso hay que agregar que Santiago no sabía nadar y que tenía una especie de trauma con el agua desde chico. La confirmación de la causa de muerte se hará después de los estudios que harán los anatomopatólogos que analizarán el agua en los distintos órganos.

La otra duda se centra en cuánto tiempo estuvo el cuerpo en el agua, básicamente si se lo plantó hace unos pocos días. En esa cuestión intervendrán los profesionales de la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA y la Universidad de La Plata. En la UBA, los biólogos analizarán los microorganismos presentes en los distintos órganos. Verán si se corresponden con las muestras tomadas en el río Chubut y estudiarán el tiempo que llevan en el cuerpo. En La Plata trabajarán los entomólogos, que son los que estudian los insectos. También ellos calcularán el tiempo que tienen los pequeños insectos en el cuerpo.

Como se ve en el mapa satelital realizado en la justicia de Esquel, los gendarmes persiguieron a los mapuches y a Santiago hacia abajo, a muy pocos metros de donde se encontró el cuerpo. No es verdad que había 300 metros de distancia. Las frases que surgen de los celulares de los uniformados “les dimos corchazos para que tengan”; “tengo uno, tengo uno”, “hay uno flotando, tres nadando” son evidencias de la persecución y el hostigamiento.

Por alguno de los audios de los gendarmes hay sospechas de que los uniformados vieron al joven en el río y no hicieron nada. Esa hipótesis llevaría a una acusación de abandono de persona, casi equivalente al homicidio.

El número 2 del Ministerio de Seguridad Pablo Noceti, viajó al sur especialmente para arengar a las fuerzas de seguridad contra los mapuches. La reunión fue en Bariloche el 31 de julio, el día anterior a la desaparición de Maldonado. En ese encuentro, los ministros de Seguridad, la procuradora de Río Negro y los jefes policiales de Río Negro y Chubut escucharon asombrados la exposición feroz de Noceti, quien insistió en que debía actuarse sin orden judicial y utilizando la figura de la flagrancia. Según los presentes, Noceti estaba fuera de sí. En un encuentro posterior, el juez Guido Otranto le advirtió a Noceti que la figura de flagrancia se podía usar para despejar la ruta pero no para perseguir a la comunidad mapuche dentro de la Pu Lof. Los funcionarios y las fuerzas policiales provinciales se desmarcaron del desequilibrio de Noceti al punto que desde entonces no participaron de ningún operativo ni aparecieron interviniendo en nada.

 

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