Así se expresó el ministro de Producción Francisco Cabrera en contacto con la prensa española, luego de un encuentro preparatorio para la reunión de la Organización Mundial del Comercio (OMC) de diciembre de 2017, de la que Argentina será sede.
A poco más de dos meses del cierre del año, Cabrera se atrevió a pronosticar, en Madrid, ante el diario El País, que Argentina va a terminar “muy bien” el 2016. Según el funcionario del presidente Mauricio Macri, los precios cerrarán con índices inflacionarios mensuales “de entre el 1% y el 1,5%”; habrá una cosecha “récord” de la agricultura y Brasil —el primer cliente de la industria argentina— “volverá a crecer en 2017”.
“Los nubarrones se están diluyendo y la gente va a terminar el año con dinero en el bolsillo para poder consumir e irse de vacaciones”, aseguró el ministro argentino.
Consultado por la frase “revolución de la alegría”, de la que el PRO hablaba en campaña, y al tanto de que la Argentina no crecerá este año, Cabrera aclaró: “La alegría no tenía que ver con la economía, sino con dejar a un lado la confrontación y abrir una etapa de diálogo constructivo”.
El ministro además se mostró convencido de que el empleo “crecerá de forma sustentable a partir de marzo o, al menos mediados, de 2017”. “En Argentina no hay un problema de desempleo, hay un problema de mala calidad del empleo”, apuntó en la entrevista realizada en la embajada Argentina de la capital española.
“Hemos pasado de estar condenados por la OMC a organizar una reunión dos años después y a albergar la cumbre de presidentes del G20 de 2018”, subrayó Cabrera en otro de los tramos de la nota.