Días después de darse a conocer un proyecto de reforma por decreto reglamentario de la Ley Nacional de Salud Mental impulsado por la Dirección Nacional de Salud Mental, a la espera de la firma del Presidente de la Nación, el Defensor del Pueblo bonaerense, Guido Lorenzino, expresó su desacuerdo con la iniciativa.
Uno de los puntos del proyecto que más preocupa a científicos, diversos profesionales de la salud, usuarios, cátedras de la Facultad de Psicología y centros de estudios, es que contribuye a la reinstalación de los manicomios bajo el nombre de “hospitales especializados en psiquiatría y salud mental” y permite el aislamiento pleno de personas a quienes vuelve a denominar “enfermos” como un tratamiento regido por el “arte médico”.
“Cualquier cambio que vaya en contra del espíritu de la ley vigente significaría retroceder hacia ideas del siglo pasado” expresó el Defensor del Pueblo bonaerense, Guido Lorenzino, al remarcar la necesidad de fortalecer la mirada de derechos humanos en el tratamiento de la salud mental.
“No se debe priorizar la ecuación económica para definir estrategias respecto a quienes tienen padecimientos mentales, sino que debemos avanzar para que se sumen derechos, para que haya más recursos para atender a estas personas”, reparó Lorenzino sobre las intenciones del oficialismo.
El funcionario, que preside a su vez el Órgano de Revisión Local de Salud Mental, precisó que la Defensoría “seguirá a favor del tratamiento integral, para que los usuarios de este sistema no se aíslen, tengan tratamiento interdisciplinario, con inclusión social y familiar y con la garantía de todos sus derechos”.
“La importancia de la ley de salud mental tiene que ser cuidar a los más vulnerables, donde la sociedad sea parte fundamental de este proceso. Ir en contra de esta mirada sería descartar años de consensos que sirvieron para generar la ley de vanguardia que hoy tenemos en el país”, concluyó Lorenzino.