Uno de los emblemas por los derechos humanos en la Argentina murió este sábado a los 90 años. Había perdido a su hija embarazada y a su yerno en 1976. Innumerables mensajes de despedida se sucedieron por las redes sociales.
Sus restos son velados desde este sábado en la tarde en la Legislatura porteña, donde en 1986 fue elegida «Personalidad Destacada de los Derechos Humanos».
La dirigente tenía una hija, María Marta, desaparecida en 1976 a los 23 años y con un embarazo reciente. Desde entonces, junto a su esposo, José María Vásquez, buscó a su hija y a su nieto o nieta en el país y en exterior, sin lograr obtener información sobre su paradero ni el de los responsables de su secuestro y desaparición.
Hasta que su salud le permitió, participó de las tradicionales rondas de los jueves de las Madres de Plaza de Mayo, de las marchas de la Resistencia y llevó a las escuelas el mensaje de construcción de memoria a partir de la lucha de los movimientos de derechos humanos frente al terrorismo de Estado.