Macri organizó un gran acto para celebrar el inicio del mandato argentino en la presidencia del G-20, que concluirá en una cumbre de presidentes en noviembre de 2018, y calificó de “histórico” el momento en el que Argentina se convierte en el primer país sudamericano en presidir este organismo clave.

«Queremos ser la expresión de toda una región, no solo de nuestro país, vamos a poner en el centro del G-20 esta región en desarrollo», aseguró el mandatario en uno de los tramos iniicales de su discurso, ante miembros del Gobierno, embajadores y representantes de las provincias en el Centro Cultural Kirchner, el coloso que en su nombre recuerda la enorme impronta política que dejaron casi 13 años de gobierno del matrimonio entre Néstor Kirchner y Cristina Fernández.

“Damos comienzo a un período que servirá para contarle al mundo sobre la Argentina y la Argentina sobre el mundo. Vamos a liderar el G-20 con el espíritu de ser un mediador de buena fe. Solo será un éxito si trabajamos todos juntos. Tal vez será un antes y un después en la historia de nuestro país”, se entusiasmó el presidente.

El G-20 que se viene tendrá como lema «construyendo consenso para un desarrollo equitativo y sostenible«. Macri insistió en que se centrará en tres ejes: el futuro del trabajo, infraestructura del desarrollo y un futuro alimentario sostenible. Tres temas en los que Argentina tiene mucho que decir, con una reforma laboral muy polémica en marcha, un plan de infraestructuras que está empujando una economía que aún no termina de recuperarse y un campo fértil y muy rentable gracias a la tecnología que produce alimentos para 400 millones de personas.