El ministro de Cultura argentino, Pablo Avelluto, presente esta semana en Ostende, habló sobre uno de los últimos decretos del presidente Macri con el que se busca eliminar las complejas trabas burocráticas para sacar obras de arte del país.
Desde hace tiempo muchos artistas denuncian que el costo de legalizar la exportación, pagar a un despachante de aduanas y trasladar las obras hasta destino es tan alto que a menudo no les conviene participar en exposiciones en el exterior.
Según Avelluto, ese es uno de los factores que contribuyen a la baja circulación de arte argentino por el mundo. De acuerdo a las afirmaciones del funcionario, sacar obras argentinas fuera del país “es una tarea kafkiana” y el esfuerzo que requiere, a su vez, “abre la puerta a la corrupción y a mecanismos como esconder la obra para evitar la burocracia”.
Con el dato de que entre 2011 y 2015 las exportaciones mundiales de arte crecieron un 48% mientras las argentinas iban en dirección contraria, con una caída del 77%, el gobierno impulsa una nueva normativa que entraría en vigencia en las próximas semanas, una vez se ratifique el decreto presidencial.
Los trámites ahora se podrán hacer online y tendrán validez por un año, con lo que se suprimirá así el paso más engorroso: tener que ir en persona y con las obras hasta la ciudad de Buenos Aires -aunque el punto de partida sea cualquier otro del país- para que un funcionario del aeropuerto de Ezeiza, con horario de lunes a viernes hasta las seis de la tarde, revise el material y dé su aprobación 72 horas antes del viaje.
“El mercado de arte contemporáneo no ha parado de crecer, el argentino de decrecer. No es lo único, pero algo de esta maraña burocrática debe haber”, declaró al respecto Avelluto en una nota del diario El País de España.