El equipo de Marcelo Gallardo logró vencer a Boca 2 a 0 con un gol en cada tiempo y se coronó en la finalísima de la Supercopa disputada en Mendoza. Gonzalo Martínez, de penal, e Ignacio Scocco, tras una gran jugada de Ignacio Fernández, sentenciaron la historia en favor del Millonario.
Con entrega, mucha disposición para recuperar el balón y disputar todas las jugadas divididas, y sobre todo una figura fundamental, su arquero, Franco Armani, el conjunto riverplatense mantuvo la valla invicta y controló todos los ataques del Xeneize, que propuso más desde el juego pero no desde la contundencia y terminó por quedarse sin ideas.
En un primer tiempo parejo, con fricción y poco desarrollo ofensivo, particularmente del lado del vencedor, el ganador parcial resultó River, al ponerse en ventaja desde los doce pasos con un remate certero de su número 10, el Pity Martínez, luego de una infracción dentro del área contra Nacho Fernández, otro de los destacados de la noche cuyana.
Durante la primera mitad del complemento se observó lo mejor de Boca. Cuatro chances de gol fueron controladas por Armani, con recursos varios, tanto en sus manos como desde sus dos pies. El arquero, llegado hace dos meses a la Argentina, se erigió en el jugador más trascendental del partido por sus ocasionales intervenciones.
Sobre los 24 minutos del segundo tiempo tuvo lugar el momento futbolístico más bello del partido, con una contra letal de Fernández, una gran resolución de Martínez y una mejor definición aún del recién ingresado Scocco, que había rechazado de cabeza en defensa en el inicio de la jugada, cuando tuvo lugar un tiro de esquina de Boca.
Con un Tévez absolutamente desaparecido, que con tiempo cumplido perdió de cabeza el descuento, en la jugada más destacada de todo su desempeño, el conjunto de los hermanos Barros Schelotto falló otra vez en un partido de definición directa y la alegría quedó toda teñida de rojo y blanco.
Una victoria histórica en la Supercopa, el partido único al que habían llegado en los últimos cinco años ambos equipos, ninguno con suerte de coronarlo con un triunfo. River la había perdido ante Huracán primero y contra Lanús después. Boca cayó en sus dos oportunidades en cruces ante Arsenal y San Lorenzo. La felicidad en Mendoza quedó para River.