La Comisión Europea aprobó con condiciones la compra de la agroquímica estadounidense Monsanto por parte del grupo químico y farmacéutico alemán Bayer, una operación de 66.000 millones de dólares —unos 53.700 millones de euros— que dará lugar a la formación de un gigante mundial de la fabricación de semillas y fertilizantes.

Las dimensiones de esta megaoperación son enormes, ya que se trata de la mayor compra de la historia por parte de una empresa alemana. En el mundo, se ubica sólo por detrás de lo propuesto por AT&T en Estados Unidos para adquirir Time Warner en octubre de 2016.

Para poder concretar la operación, Bayer deberá vender todo su negocio de semillas y parte del de fitosanitarios a su competidora alemana Basf, una operación anunciada en octubre pasado por 5.900 millones de euros.

El acuerdo entre Bayer y Basf implica la transferencia de activos que en el ejercicio 2016 generaron una facturación neta de 1.300 millones de euros. A esto se añaden más de 1.800 trabajadores, principalmente de Estados Unidos, Alemania, Brasil, Canadá y Bélgica. Como parte del trato, Basf se ha comprometido a mantener a los trabajadores permanentes durante al menos tres años.