Una comerciante geselina impulsó un proyecto de ordenanza para evitar que un local a instalarse en el espacio lindero y de similares características al suyo, sea habilitado. La iniciativa fue tomada por los bloques políticos opositores a la administración de Gustavo Barrera y logró aprobarse en la última sesión. Ahora, queda resolver si el intendente promulga o veta la norma.
La legislación en cuestión, avalada por mayoría en el recinto, establece la necesidad de que haya distancias mínimas entre uno y otro comercio del mismo rubro para su habilitación municipal. Incluye a despensas, minimercados, supermercados e hipermercados. En el caso de la problemática que originó el expediente, al lado del local de Lidia Burgos se pretende instalar un supermercado chino. Los concejales insistieron en que no se trata de una persecución por nacionalidad, sino en la regulación del mercado minorista.
En esta línea, el edil de UNA, Atilio Roncoroni, aseguró durante el debate que la situación es consecuencia de la desregulación que sufrió la actividad en el año 1991, “con la política neoliberal”. “La municipalidad tenía regulación en la materia, pero se encontró desprotegido el mercado interno”, agregó.
El bloque que responde al intendente Barrera fue el único que se opuso a la aprobación, ya que pretendía que el expediente vuelva a comisión para un análisis más exhaustivo. No obstante, la concejal oficialista y presidente del Cuerpo, Adriana Migliorisi, votó a favor, en disidencia con su bancada.
Ahora quedará determinar, dado el rechazo del oficialismo, qué hará el jefe comunal con la ordenanza sancionada por mayoría del Concejo: bien puede promulgarla y aplicarla ante los próximos pedidos de habilitación, o vetarla y dejarla sin efecto.