En un comunicado oficial, el Fondo Monetario Internacional anunció que se reunió para analizar la política económica argentina y en especial los datos sobre la inflación, que dejaron de ser creíbles para la institución a partir de 2008, cuando el kirchnerismo intervino políticamente el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, y confirmó que decidió levantar las sanciones que imponía sobre Argentina.
“Los directores ejecutivos elogiaron la determinación de las autoridades por abordar las limitaciones metodológicas del IPC y el importante progreso realizado con las acciones específicas relativas a los datos sobre la inflación. La relación de asistencia técnica entre el personal ejecutivo y las autoridades ha sido sumamente cooperativa y productiva. En consecuencia, el Directorio Ejecutivo concluyó que el IPC de Argentina se ajusta ahora a las normas internacionales. Teniendo en cuenta que en su reunión de agosto último había determinado que las estadísticas sobre el PIB ya se ajustaban a las normas internacionales, el Directorio Ejecutivo determinó que Argentina actualmente brinda al FMI información sobre el IPC y el PIB de manera acorde con las obligaciones que contempla el Convenio Constitutivo del FMI. En consecuencia, el Directorio Ejecutivo también adoptó una decisión por medio de la cual levanta la declaración de censura y la expresión de preocupación”, sentencia la misiva.
Los problemas con el FMI, que realizó recientemente una visita a la Argentina después de 10 años de ausencia, agotaron a la gente y empezaron a agravarse en la previa del 2001, cuando su intervención en la economía del país no condujo a nada bueno. Desde el segundo mandato de Cristina Fernández, el FMI determinó que Argentina estaba incumpliendo sus obligaciones de ofrecer datos fiables sobre el IPC y el PIB, a raíz de la mencionada intervención que el kirchnerismo realizó en el Indec, una acción que generó un enorme descrédito para el histórico organismo, fundamentalmente, en su propio país.