A la lista de empresarios confesos, acusados de pagar sobornos a cambios de contratos de obra pública, se ha sumado Claudio Uberti, hombre de máxima confianza del expresidente Néstor Kirchner en el ministerio de Planificación.
Uberti no integró la lista inicial de detenidos librada la semana pasada por el juez Claudio Bonadio, pese a que su nombre aparece en los primeros cuadernos escritos por Oscar Centeno, el chófer de Roberto Baratta, segundo del exmiistro de Planificación Julio De Vido durante los 12 años de kirchernismo.
Centeno mencionó a Uberti como dueño de las propiedades donde Baratta iba a retirar parte del dinero aportado por debajo de la mesa por las empresas contratistas del Estado.
Cuando otro arrepentido, el extitular de la Cámara de la Construcción, Carlos Wagner, dijo que Uberti era desde el Estado el articulador de toda la red, el juez ordenó su detención.
La causa suma hasta ahora diez arrepentidos, pero Uberti es el único que estuvo del lado de los cobradores. Su declaración puede ser clave, porque para acceder al favor del juez debe aportar datos novedosos que permitan escalar en la estructura de responsabilidades.
Cristina Fernández de Kirchner presentó un escrito donde acusó a Mauricio Macri de utilizar a los jueces para perseguirla políticamente. Por la tarde, Bonadio allanó dos pisos en el mismo edificio donde vive Kirchner,propiedad de un empresario que fue cercano al kirchnerismo, en busca de dinero sucio.
Uberti fue un hombre poderoso en la estructura kirchnerista hasta que cayó en desgracia y fue despedido en 2007 por el famoso caso “de las valijas de Antonini Wilson”, un empresario venezolano descubierto cuando intentaba ingresar por Aeroparque un maletín con casi 800.000 dólares.