El gobierno de Mendoza anunció que a partir de este último 15 de noviembre, en el inicio de una nueva temporada de escaladas, dejará de cubrir los gastos de rescate de aquellos andinistas que sufran un accidente o se extravíen en el camino a la cima de la montaña más alta de América.
Hasta ahora, los rescates en helicóptero corrían a cuenta del estado provincial, que pasó a manos de Cambiemos en diciembre último. «El año pasado cuando asumimos ya teníamos la temporada encima. Se habían contratado 230 horas de vuelo, equivalente a unos 10 millones de pesos (650.000 dólares) de presupuesto», afirmaron desde la Secretaría de Ambiente mendocina.
La nueva gestión considera que en los últimos años hubo «un derroche» de recursos y critica que se haya usado el helicóptero para transportar agua, alimentos y realizar evacuaciones no urgentes que podrían haberse hecho por otros medios.
Desde el gobierno cuyano puntualizan que se cobrará por minutos de vuelo, no por hora, y que la mayoría de operaciones no se extienden más allá de los 10 minutos.
El pago incluye el costo del transporte en helicóptero, que ronda los 40.000 pesos (unos 2.500 dólares) por hora, y del personal movilizado para el rescate.
La única excepción serán las evacuaciones decididas por un médico para aquellos casos en los que un escalador no se adapte bien a la altura o sufra algún otro trastorno durante la ruta que declaró que haría.
La decisión del Estado mendocino generó malestar en los prestadores de travesías en alta montaña al darse a conocer en las puertas del arranque de la temporada.
Hasta este momento, los montañistas pagaban un coseguro de 100 dólares que cubría el uso del helicóptero en caso de que hubiese una emergencia. «Como el permiso se paga en dólares, con la devaluación y el fin del dólar paralelo, el Estado pasó a percibir mucho más dinero», declaró José Casas, un prestador de la zona en diálogo con el diario local Los Andes en declaraciones citadas por El País de España.
El año pasado ingresaron en el Parque Nacional Aconcagua más de 5.000 visitantes, de los que casi un tercio decidió intentar hacer cumbre.