El candidato ultraconservador Jair Messias Bolsonaro logró poco más del 46% de los votos, contra casi el 29% de su principal contricante,  Fernando Haddad, en las elecciones presidenciales celebradas este domingo en Brasil.

Los resultados de esta primera contienda electoral pondrán al país más grande de América Latina ante un vuelco histórico para la segunda vuelta, si las fuerzas logran frenar al candidato de la derecha radical.

Con el 98% de los votos escrutados, el líder de extrema derecha obtuvo una amplia ventaja contra el candidato designado por Lula. Solo un cambio radical el 28 de octubre, evitará que la extrema derecha gobierne a partir del 1 de enero en tierras brasileñas.

Las próximas tres semanas obligarán también al resto de los políticos y partidos a posicionarse. El silencio se interpretará como un apoyo tácito al proyecto del ultraconservador, considerado un político autoritario, racista, machista, homófobo y adorador de la dictadura que sumió a Brasil en una de sus épocas más oscuras durante 20 años.

Hasta ahora, la polarización ha impedido que las posiciones más moderadas se volviesen una opción de voto. Ciro Gomes, tercero con el 12% de los votos, ha mostrado su rechazo a Bolsonaro y ha asegurado que apoyará a Haddad.

Sin embargo, precedentes de apoyo a Bolsonaro a lo largo y ancho del armazón del poder brasileño no faltan. Los últimos días de campaña, cuando la intención de voto del ultraderechista se disparó, la bolsa comenzó a cerrar al alza, grupos de diputados osaron mostrar su apoyo al probable ganador y los envangélicos lo ungieron como su favorito.