El Indec difundió los datos del comercio exterior y confirmó el derrumbe de la economía luego de la fuerte devaluación del peso: las importaciones cayeron en septiembre 21,2 por ciento respecto de igual mes de 2017, hasta los 4.699 millones de dólares.
No resultó el único dato negativo. Las exportaciones, a pesar de la ganancia de la competitividad cambiaria de los últimos meses, también disminuyeron en la comparación interanual: lo hicieron en un 4,8 por ciento, hasta los 5.013 millones de dólares.
La baja de las compras al exterior resultó más pronunciada que la de las ventas y eso permitió recuperar el superávit comercial después de veinte meses consecutivos con números en rojo. El saldo positivo fue de 314 millones de dólares.
Sin embargo, más allá del dato de ese último mes, el total del período enero-septiembre en este año ubica al déficit comercial de la Argentina todavía en los 6.453 millones de dólares, lo que es un 26,5 por ciento superior al del mismo lapso del año pasado.
Todos los rubros de importación, salvo combustibles y lubricantes, bajaron en septiembre respecto de un año atrás. El peor resultado fue para las compras de vehículos, con un declive del 50,2 por ciento (51,4 en cantidades, compensado por un alza del 2,9 en precios). El mercado automotor nacional está en franco retroceso por el efecto combinado de una suba de precios de los vehículos y el incremento de las tasas de interés de los créditos prendarios.