El país fue eliminado de la prueba PISA, el principal ranking mundial que mide la calidad educativa, porque durante la última evaluación -realizada en septiembre de 2015-, se omitieron mediciones en unas 3 mil escuelas. A pesar de que desde el gobierno apuntaron a la gestión kirchnerista, aseguraron que no hubo animosidad, aunque se trató de una “grave falla técnica”.
Al conocerse la exclusión de Argentina, el ministro de Educación, Esteban Bullrich, explicó que el problema consistió en que se debía presentar una muestra similar a la de 2012, en la que participaron 13.000 escuelas. Sin embargo, a raíz de los cambios que hubo en la escuela secundaria, en 2015 sólo se evaluó a 10.000 establecimientos. “Acá hubo una falla técnica y vamos a trabajar para que esto nunca más suceda”, remarcó el ministro en conferencia de prensa desde la Casa Rosada.
Quien también se hizo cargo de la polémica fue Alberto Sileoni, quien se desempeñó como Ministro de Educación nacional durante la toma de la muestra. El exfuncionario negó que el objetivo de la reducción de la muestra fuera manipular los resultados y advirtió que obedeció al proceso de transformación que derivó en la fusión de escuelas. “Había escuelas que sólo tenían el ciclo básico, otras que sólo tenían el ciclo superior; esas escuelas se fundieron en otras a partir de la nueva ley de educación”, argumentó Sileoni. Asimismo, agregó que “algunas de esas escuelas que nosotros habíamos enviado en el 2012 ya no existían más”, mientras sentenció que “esas explicaciones se la dimos a PISA”.