Mauricio Macri y Jair Bolsonaro comenzaron su relación de modo negativo. Luego de conformar su gabinete y tomar las medidas iniciales de gobierno, el presidente brasileño anunció que su primer viaje sería a Chile y no a Argentina, como es tradición. Por su lado, Macri estuvo ausente en la asunción de Bolsonaro el pasado 1 de enero.
Luego de mantener varias conversaciones telefónicas, los líderes de los dos mayores economías de Sudamérica se reunieron finalmente este miércoles por primera vez en Brasilia. Macri viajó con una amplia comitiva que da cuenta de la importancia estratégica de una relación bilateral llena de desafíos.
Sobre la mesa estuvo la intención de reflotar una relación comercial que se ha visto golpeada por las crisis de ambos países, el deseo común de flexibilizar Mercosur y de oponerse al liderazgo de Nicolás Maduro en Venezuela.
El mandatario argentino aseguró que hubo «clima de alegría, de ilusión» e intentó improvisar unas palabras en portugués: “Pa frenchi”, lanzó al convocar a trabajar juntos a ambos países.
Para el flamante presidente brasileño, las conversaciones que mantuvo con Macri fueron “extremadamente productivas”. Bolsonario hizo mención a una “amplia gama de temas, como no podía dejar de ser entre dos países con tantas cosas en común”. Esa lista la encabezó “la lucha contra el crimen organizado” y “la defensa”, además de la ciencia y tecnología, energía nuclear y la “dinamización de nuestro comercio”.
“Coincidimos en seguir fortaleciendo nuestra cooperación en materia judicial, de seguridad, de inteligencia, con el principal objetivo que nos hemos puesto que es combatir al narcotráfico, el crimen organizado y el lavado de activos”, enumeró por su parte el argentino.
Como estaba previsto, ambos contaron que durante la reunión le dedicaron capítulos aparte a la política regional. Macri relató que coincidieron en “modernizar el Mercosur” bajo el supuesto objetivo de “avanzar hacia un espacio de integración que se adapte a los desafíos del Siglo XXI”. Este era uno de los temas más sensibles entre los mandatarios, dado que Bolsonaro había demostrado ciertos indicios de que su política exterior miraría más al norte que al sur. Además, durante el G20, el gobierno de Francia había asegurado que la asunción de Bolsonaro hacía tambalear el acuerdo con la Unión Europea.
El hostigamiento hacia el gobierno de Venezuela, país al que ya le habían dedicado una declaración conjunta tras la asunción de Nicolás Maduro, también era uno de los puntos esperados. Macri y Bolsonaro afirmaron que “reafirman la condena a la dictadura de Maduro”. “No aceptamos esta burla a la democracia y menos el intento de victimización de quien en realidad es el victimario”, manifestó Macri.