El equipo español venció con muchas dificultades al elenco japonés Kashima Antlers por 4 a 2 y se coronó nuevamente como el mejor del mundo. Cristiano Ronaldo con dos goles en la prórroga, sentenció la historia y evitó la sorpresa del siglo.
Este quinto título de los madridistas, en el actual formato del Mundial de Clubes y el precedente de la Intercontinental, permitió a los de Zidane cerrar 2016 con un triplete internacional. Sin embargo, en los tres retos, Champions, Supercopa y la cita japonesa, el Madrid se vio apretado al límite.
En la final de Yokohama, ante el primer finalista asiático del torneo, club del inolvidable Zico, el Real Madrid tuvo muchos grises. Pero, aferrado a sus estrellas, certificó la superioridad europea en un Mundial que desde su nuevo encuadre en 2000 solo ha visto cuatro triunfos ajenos a Europa, y todos brasileños.