El Centro de Rescate y Rehabilitación de la Fundación Mundo Marino concretó una nueva campaña en la que devolvió al mar a 15 pingüinos magallánicos (Spheniscus magellanicus), en su mayoría, rescatados en distintos puntos del partido de La Costa y rehabilitados por presentar diversos niveles de desnutrición.
Uno de los ejemplares había sido encontrado en las playas de Miramar en febrero pasado por una familia cordobesa que se lo llevó a su ciudad de residencia en esa provincia, Santa Rosa de Calamuchita. El animal recorrió en ese periplo más de 1.100 kilómetros en un auto.
La situación pudo revertirse gracias a la denuncia de los vecinos de esa familia a partir de la cual la Policía Ambiental de Córdoba rescató al pingüino el pasado martes 12 marzo.
Según informó ese organismo provincial el pingüino estuvo expuesto al consumo de pescados de río y agua dulce y al contacto con animales domésticos. Recién el sábado 16 de marzo pudo arribar a las instalaciones de Mundo Marino.
“Llegó con un cuadro de anemia y deshidratación por el tipo de alimentación al que estuvo expuesto. Como todo pingüino que ingresa desnutrido, primero se los hidrata y luego se los alimenta con pescado sólido o una fórmula de pescado procesado. En ambos casos, a través del alimento les suministramos vitaminas para estabilizarlos y que recuperen progresivamente su peso normal”, explicó al respecto de las tareas realizadas sobre ese ejemplar, Sergio Rodríguez Heredia, biólogo y jefe del Centro de Rescate y Rehabilitación de la Fundación Mundo Marino.
El pingüino había llegado además con un cuadro de viruela aviar, una enfermedad producida por un virus que es de aparición común en otras especies de aves y que se manifiesta en lesiones cutáneas en formas de verrugas en las áreas sin plumas. La aparición de esta enfermedad está relacionada con el debilitamiento del sistema inmunológico, lo que en este caso en particular podría estar vinculado a la situación de alto estrés a la que estuvo sometido.
El pingüino magallánico es un ave migratoria catalogada como “casi amenazada” por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). De septiembre a marzo nidifican y se reproducen en la Patagonia argentina y, a partir de marzo, comienzan un proceso migratorio que llega hasta el sur de Brasil. Es en ese proceso migratorio que algunos animales no logran encontrar alimento suficiente y salen a nuestras costas con distintos niveles de desnutrición.