Durante su última sesión, el Concejo Deliberante de Pinamar modificó la polémica ordenanza de desagües pluviales que obliga a los propietarios a remover cualquier elemento que impida la disposición del espacio público por parte de la municipalidad, incluidas especies arbóreas.
Ahora, para la quita de árboles, no solo se deberá contar con un dictamen profesional, sino también con un acto administrativo que determine como “única opción o más conveniente” la remoción de los mismos, debiendo primar además “un criterio restrictivo”.
La problemática surgió principalmente entre los vecinos de Cariló, que comenzaron a ver una remoción indiscriminada de árboles en espacios públicos de la localidad por parte del municipio, con el consecuente daño ambiental, en cumplimiento de la ordenanza para desagües pluviales en lotes particulares.
La norma en cuestión establece que los propietarios de terrenos deberán mantener el espacio público existente por fuera de la línea municipal “libre de todos aquellos elementos que impidan la disposición del espacio por parte de la municipalidad y de las empresas y entes prestadores de servicios públicos”, incluidas especies arbóreas.
Ante esta situación, se iniciaron los reclamos hacia el gobierno local, canalizados a través de la Foro Amigos de Cariló. El primer objetivo fue que se suspenda la aplicación de la ordenanza en cuestión, dado que la norma contraría lo establecido por la ley de paisaje protegido, hasta tener una reglamentación clara.
No obstante, se encontró una gran resistencia por parte del gobierno del intendente Martín Yeza, ante la necesidad de darle una solución a la problemática de desagües pluviales. Desde la Fundación insistieron y acudieron a diversas instancias de diálogo, especialmente en el ámbito del Concejo Deliberante.
Ante la persistencia del reclamo, que duró meses, se resolvió enviar la ordenanza a la asesoría legal de la municipalidad para que se expida, ya que los vecinos consideran que el artículo que insta a remover especies arbóreas nada tiene que ver con el espíritu de la norma de regularizar la cuestión pluvial.
Finalmente, en la última sesión del Deliberativo, los concejales resolvieron de manera unánime modificar la normativa y establecer que para la remoción de las especies arbóreas se deberá contar previamente con el dictamen profesional y el acto administrativo que determine “como única opción o más conveniente la remoción de las mismas, debiendo primar un criterio restrictivo”.