Un día martes muy negativo experimentó el peso chileno en plena oleada de protestas y después de que el Gobierno conservador de Sebastián Piñera aceptara el domingo último cambiar la Constitución de 1980 mediante un proceso constituyente del que no se conocen mayores detalles.
Después de 26 días de crisis política y social, los efectos del conflicto se han trasladado a la economía: el peso chileno alcanzó su menor valor desde 2002, hasta cambiarse a 783 pesos por dólar, un 3% más que el lunes.
El ministro chileno de Hacienda, Ignacio Briones, reconoció “inquietud” por la situación de los mercados y la fuerte depreciación de la moneda local, y el Banco Central llamó a la calma, aunque manifestó su “disposición a actuar frente a situaciones anómalas”.
El dólar registra una violenta suba frente a la moneda local chilena.
En lo que va noviembre, la moneda chilena ha batido récord negativo: es la divisa mundial que más se deprecia. Desde el estallido social iniciado el 18 de octubre, por un profundo malestar de los ciudadanos que se sienten al margen de la senda de desarrollo de las últimas tres décadas, el indicador de referencia de la Bolsa de Santiago —el IPSA— ha caído, por su parte, alrededor de un 14%.
Eat the rich, cómete a los ricos. Pocas pintadas callejeras son tan elocuentes del momento que atraviesa un país como el grafiti con el que amaneció pintada en las últimas fechas la fachada de un hotel en Santiago de Chile.
