El gobierno de Macri colocó esta semana deuda por 7.000 millones de dólares con una tasa promedio del 6,3% y llegó a recibir ofertas por 22.000 millones, según informó el Ministerio de Finanzas.
La cartera ahora conducida por Luis Caputo emitió bonos a cinco años al 5,6% y a diez años al 7%. De media, las tasas de interés están casi un punto por debajo del 7,2% que ofreció en la primera emisión de abril del año pasado, destinada a saldar la deuda con los fondos buitre.
Desde el Ministerio de Finanzas señalaron que la búsqueda de financiamiento internacional pretende establecer condiciones que permitan crecimiento económico, generación de empleo y reducción de la pobreza. El macrismo ha tenido resultados adversos en estas tres áreas en su primer año de gestión, pero ha culpado de los mismos a la herencia recibida y asegura que el país ya ha comenzado a crecer.
La llegada de Macri al poder significó el fin de más de una década de políticas de desendeudamiento impulsadas por los Kirchner. Además de ser uno de los países que más se endeudó en 2016 en el mundo, una gran mayoría de los economistas coincide en que no existe un riesgo inmediato, pero discrepan sobre el margen con el que cuentan estas acciones, en especial si se tiene en cuenta de que el déficit fiscal ronda el 5% del PBI y que el otro camino para financiarse, recurrir a liquidez, está descartado mientras la inflación siga descontrolada.
Según las estimaciones oficiales, Argentina deberá conseguir cerca de 20.000 millones de dólares en el mercado para enfrentar vencimientos. El macrismo se aferra a las previsiones para este 2017, que marcan un retorno de Argentina al crecimiento y una caída de la inflación a la mitad del 41% con el que cerró 2016.