El papa Francisco eliminó el secreto pontificio para casos de abuso sexual
Este martes el Vaticano dio a conocer una resolución suscripta por el cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin, por la cual se anuló el secreto pontificio para los casos de abuso sexual y pornografía infantil en el seno de la Iglesia.
Con el objetivo de ofrecer “plena colaboración” con las autoridades civiles, el papa Francisco decidió abolir el secreto pontificio para los casos que involucren “la adquisición o posesión o divulgación de imágenes pornográficas de menores de dieciocho años por parte de un clérigo, de cualquier forma y por cualquier medio”.
La medida, que permitirá acelerar las causas canónicas de pederastía, regirá para los delitos contemplados en el artículo 1 del decreto pontificio “Vos Estis Lux Mundi, por lo que son alcanzados los “delitos contra el sexto mandamiento del Decálogo”.
Estos consisten en “obligar a alguien, con violencia o amenaza o mediante abuso de autoridad, a realizar o sufrir actos sexuales; realizar actos sexuales con un menor o con una persona vulnerable; producir, exhibir, poseer o distribuir, incluso por vía telemática, material pornográfico infantil, así como recluir o inducir a un menor o a una persona vulnerable a participar en exhibiciones pornográficas”.
También quedan excluidas del secreto las “conductas llevadas a cabo por los sujetos a los que se refiere el artículo 6, que consisten en acciones u omisiones dirigidas a interferir o eludir investigaciones civiles o investigaciones canónicas, administrativas o penales, contra un clérigo o un religioso” en los delitos de pederastía.
En esta línea, el Papa dispuso que el secreto de oficio “no obsta para el cumplimiento de las obligaciones establecidas en cada lugar por la legislación estatal, incluidas las eventuales obligaciones de denuncia, así como dar curso a las resoluciones ejecutivas de las autoridades judiciales civiles”.
De esta manera, los magistrados civiles de los países que investiguen este tipo de delitos podrán tener acceso a las actas de los procesos canónicos.
Con la nueva disposición, siempre que una ley estatal prevea la obligación de denunciar de parte de quien sepa sobre este tipo de hechos, “se favorecerá la plena colaboración con las autoridades civiles evitando incursiones ilegítimas en la esfera canónica”, según planteó el presidente del Tribunal de Justicia Vaticano, Giuseppe Dalla Torre.
Por último, según el escrito divulgado por el Vaticano, “no puede imponerse ningún vínculo de silencio con respecto a los hechos encausados ni al denunciante, ni a la persona que afirma haber sido perjudicada ni a los testigos”.