Alphabet, la compañía matriz de Google, busca llevar adelante una proeza con la creación de una metrópolis inteligente, basada en inteligencia artificial, alta conectividad y habilitada por medio de sensores y cableados que permitan que funcione por sí sola.
La idea surgió como respuesta a la demanda de las fuerzas gubernamentales en Toronto, Canadá, que querían revalorizar una tierra industrial en proceso de abandono.
En un extenso artículo al respecto el diario El País de España cuenta al detalle sobre el proyecto que se inauguraría en 2022 a través de Sidewalk Labs, la firma de innovación urbana del gigante tecnológico, que hará realidad su proyecto más ambicioso hasta la fecha creando la primera parte de la ciudad del futuro en la zona denominada Quayside.
Con una inversión inicial de 1.300 millones de dólares (unos 900 millones de euros), el plan de desarrollo urbanístico de Google arranca en el barrio situado junto al río Tyne y uno de los puntos del ocio nocturno en la actualidad, con la creación de IDEA, el Distrito de Diseño Innovador y Aceleración Económica. Esta iniciativa pretende aprovechar todo el potencial de la costa y crear 44.000 empleos para 2040.
La segunda fase se circunscribe al área de River District, denominado así en honor al río Don y por el papel decisivo que jugará el agua en el futuro de las ciudades. El proyecto pretende revolucionar el diseño convencional de los núcleos urbanos con barrios en los que los residentes puedan acceder a todas sus necesidades sin emplear más de 15 minutos en su desplazamiento.
La integración de los vehículos autónomos es otro de los puntos clave del plan de movilidad. Su propósito es acortar el viaje hasta el lugar de trabajo, haciéndolo más confortable y sin necesidad de un automóvil propio. Para promover el uso de la bici y que los residentes vayan a pie, diseñarán las calles bajo el concepto de aceras más anchas, sin curvas y bordillos dinámicos que se puedan transformar en espacios públicos durante los picos de menor tráfico.
Diseñar zonas verdes y espacios abiertos será otra de las medidas para animar a los residentes de Quayside a salir a las calles. Con el eslogan Winter is coming, but good design can help (se acerca el invierno, pero el buen diseño puede ayudar), el grupo empresarial de ingenería RWDI es la responsable de aumentar la cantidad anual de horas diurnas que de verdad pueden disfrutar los vecinos de Quayside, que, con sus sistemas de control climático pasivo y activo, podrían pasar del 30% al 74% de las horas de luz.
En el apartado de vivienda, Sidewalks lo tiene claro: hay que edificar rápido, sostenible y a un módico precio para todos. La madera en masa –tan fuerte y resistente como el acero o el hormigón, pero reutilizable– o el yeso Shikkui –elaborado con algas y cáscaras de huevo–, contribuyen a contrarrestar el efecto invernadero, además de disminuir los tiempos de aplicación.
Según la ONU, en 2050 el 68% de la población vivirá en zonas urbanas.
Las voces críticas no tardaron en llegar
Cuestionando la alianza entre Google y Waterfront Toronto, el organismo público formado por tres niveles de gobierno (municipal, provincial y federal) que supervisa el proyecto; Jathan Sadowski, investigador en ética de las tecnologías, hizo saltar la alarma señalando que las ciudades no son plataformas con usuarios ni negocios con accionistas, sino lugares reales con gente real. “Google quiere dirigir ciudades sin pasar por las urnas”, declaró a The Guardian.
Magdalena Mak, residente de la zona, fue otra de las voces en narrar el descontento generalizado sobre la falta de privacidad que supondrá tener a Google “vigilando” sus pasos: “No nos sentimos muy cómodos con la idea, será como vivir en un Gran Hermano. Los residentes sabrán a lo que se exponen pero los transeúntes que paseen por el parque o visiten a alguien, no tienen por qué estar vigilados…” expresó.