El presidente argentino viajó este fin de semana hasta la región de Colina, cerca de Santiago de Chile, para reunirse con su par trasandina e impulsar desde allí un acercamiento entre el Mercosur y la Alianza del Pacífico, el otro gran cónclave económico de Latinoamérica que lideran México, Colombia, Perú y Chile.
La unión comercial de las naciones con litorales marítimos sobre el océano Pacífico se ampara en el libro comercio, ante un Mercosur, por el contrario, más proteccionista. Sin embargo, la llegada de Macri y la de Temer a Brasil cambió las cosas por completo.
Macri ya había asistido como observador a la última cumbre de la Alianza del Pacífico, precisamente en Chile, donde fue la gran estrella junto al peruano Pedro Pablo Kuczynski, que aún no había asumido. En ese momento, el líder del PRO ya anunciaba su intención de estrechar lazos con el lado oeste del continente.
Macri y Bachelet organizaron para abril una reunión en la ciudad de Buenos Aires de cancilleres de Mercosur y la Alianza del Pacífico que podría abrir el paso a una fusión en el futuro, aunque aún persisten muchas dificultades por las diferentes políticas económicas (Chile tiene acuerdos de libre comercio con 180 países del mundo, algo parecido sucede en Perú o Colombia, cuando Argentina y Brasil son dos economías mucho más cerradas).
La preocupación para los líderes de Latinoamérica es que ante su pleno giro aperturista, la región se encuentra ante una nueva presidencia en los Estados Unidos, al mando del polémico Donald Trump, que va justo en el sentido contrario.
Macri y Bachelet se encontraron en Chile por la conmemoración de los 200 años del cruce de la Cordillera de los Andes del general San Martín, que primero capitaneó la liberación de Argentina y después la de Chile con una osada operación militar. En Colina, donde se produjo la batalla clave de Chacabuco, Bachelet lanzó un mensaje de unidad frente a Trump: “En días en que el planeta vive segregación, xenofobia y proteccionismo, Chile y Argentina inician un camino de colaboración”, tiró.
Los mandatarios emitieron un comunicado conjunto en el que dejaron en claro el rechazo a las actuales políticas estadounidenses: “Las tendencias proteccionistas observadas a nivel internacional se contradicen con el esfuerzo para alcanzar el crecimiento sostenible y el desarrollo inclusivo”.