A través de su ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay, Argentina colocó esta semana dos bonos en euros en el mercado europeo y acumula un crecimiento de la deuda externa de 22 mil millones de dólares desde que asumió Mauricio Macri hace 10 meses.
Vía un comunicado, Prat-Gay, de visita estos días por Washington, en donde mantuvo un encuentro con la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, dijo que la demanda de bonos argentinos superó en tres veces las expectativas, lo que permitió pagar tasas más bajas.
“Las compañías argentinas contarán con una tasa de referencia clara y transparente para los financiamientos que puedan obtener para sus proyectos de desarrollo», detalla el texto oficial emitido por la cartera económica nacional.
Por estos nuevos bonos, el país pagó una tasa de entre 3,8% y 5% en Europa, un mercado de capitales que no visitaba desde hace 15 años. El gobierno de Cambiemos celebra con gran éxito cada nueva colocación de deuda en el exterior. Ya lo había hecho cuando emitió títulos por 16.500 millones de dólares, en abril pasado, para pagarle a los fondos buitres.
Con una inflación interanual del 40%, Macri decidió no usar al Banco Central como financista y dejó poco margen para la impresión de dinero. La única alternativa, entonces, es pedir prestado afuera. A esa estrategia se aferra el macrismo para pronosticar el éxito de su política económica.