Los maestros bonaerenses parecen decididos a dar una fuerte disputa contra la determinación de la gobernadora María Eugenia Vidal de fijar en un máximo del 18% el aumento salarial y decidieron sumar 24 horas de cese de actividades a las 48 horas de paro llevadas adelante entre este lunes y martes.

El repudio a la decisión oficial de no convocar a paritarias nacionales, la instancia obligatoria por ley que desde 2006 fija el piso del aumento salarial desde el cual negocian luego las provincias, sentenció hasta ahora el debate.

La propuesta oficial refleja la inflación que el gobierno de Mauricio Macri espera para este año, pero los maestros pretenden que la suba recupere parte del salario perdido en 2016, cuando los precios crecieron hasta un 40%.

El ministerio de Educación de la Nación no tiene escuelas primarias a su cargo y el peso de los salarios recae en las gobernaciones del interior, un mapa heterogéneo donde las disparidades salariales pueden ser notables. De ahí el reclamo por una paritaria nacional reguladora, que establecía un mínimo.

El gobierno bonaerense de Cambiemos decretó incluso la conciliación obligatoria, una medida que habilita a sancionar con multa a los sindicatos que fueron a la huelga. La provincia advirtió además que descontará los días de huelga a aquellos que se adhieran. Los docentes redoblaron la apuesta este martes y anunciaron una extensión de la medida de fuerza por 24 horas.