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En Dinamarca sacrificarán millones de visones por una variente del coronavirus que saltó a los humanos

El gobierno de Dinamarca anunció que sacrificará a millones de visones tras la detección de una nueva variante del coronavirus SARS-CoV-2 que se extendió entre las granjas de cría de la zona de la península de Jutlandia, lindera con Alemania, y que ya se comprobó ha saltado a los humanos.

Según refiere el diario El País de España en un artículo al respecto, hay por lo menos 12 personas contagiadas con esta nueva variante del virus.

De acuerdo a lo advertido por la primera ministra danesa Mette Frederiksen en una conferencia virtual, la nueva versión “podría tener consecuencias devastadoras para la pandemia en el mundo entero” al suponer un serio riesgo para la salud pública, ya que podría expandirse por Europa y poner en peligro la efectividad de las futuras vacunas contra el coronavirus.

 

 

En paralelo, el gobierno del país escandinavo anunció esta semana el confinamiento estricto de siete municipios del norte de la citada península en una medida que afecta a 280.000 habitantes. Durante cuatro semanas cerrarán restaurantes y bares, centros culturales y deportivos e institutos, mientras las escuelas infantiles se mantendrán abiertas.

“Un virus mutado corre el riesgo de propagarse a otros países. La situación es muy seria”, insistió Frederiksen mientras la Organización Mundial de la Salud confirmó estar al tanto de las informaciones sobre la mutación de virus en los visones de Dinamarca.

El gobierno danés puso en marcha un programa para que los granjeros de visones maten a sus animales con la ayuda si es necesario de la policía y el ejército. En total se calcula que hay que aniquilar a 17 millones de ejemplares, la totalidad de los que se crían cada año para abastecer la industria peletera del país, la primera productora mundial.

Más de mil granjas se reparten por todo el país y al menos en 207 de ellas se ha detectado transmisión del coronavirus entre visones. El sacrificio costará a las arcas públicas unos 700 millones de euros.

 

 

Hace unos meses Holanda detectó que el nuevo coronavirus podía pasar de los cuidadores de las granjas de visones a los animales y después de estos a los humanos, lo que llevó al sacrificio masivo de ejemplares. En España un brote de coronavirus obligó a acabar con los casi 100.000 animales de una granja de La Puebla de Valverde, en Teruel, por las mismas razones.

Una de las cosas que puede hacer a un virus más peligroso es que salte de una especie a otra. Un solo virus que entra en una célula es capaz de producir decenas de miles de copias de sí mismo. El virus necesita la maquinaria biológica de su nuevo huésped para leer y copiar su secuencia genética —en este caso compuesta por casi 30.000 letras de ARN—. En este proceso suceden errores de copia, mutaciones, que pueden cambiar la fisonomía del virus. Si estas nuevas variantes vuelven a saltar a otra especie puede que el sistema inmune no sepa identificarlo y combatirlo con efectividad incluso aunque alguien se haya vacunado antes contra una versión previa del mismo virus. Esto es lo que podría suceder en Dinamarca, según las autoridades del país.

“Las implicaciones de estos cambios en la proteína de la espícula no han sido evaluados por la comunidad científica internacional y aún es demasiado pronto para decir que pueden provocar que las vacunas o la inmunidad natural no funcionen”, advierte James Wood, jefe del departamento de veterinaria de la Universidad de Cambridge en declaraciones para Science Media Centre difundidas por el citado medio ibérico.

 

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