El presidente del Servicio de Sanidad y Calidad Alimentaria, Jorge Dillon, explicó que la entidad pasó de un procedimiento de monitoreo a uno de vigilancia en las importaciones de carne procedentes desde Brasil, luego del escándalo por la adulteración de envíos a diversos países.
El funcionario remarcó que se mantuvieron comunicaciones con las autoridades brasileñas, dado que “hay una disparidad en la información que existe”. En declaraciones al programa radial “Mitre y el campo”, Dillon agregó que “las investigaciones hechas por la justicia, escuchas y demás no nos acercaba información que nos pudiera orientar”.
Cabe recordar que las autoridades de Brasil, que es el mayor exportador del mundo de carne bovina y de pollo, descubrieron una mafia integrada por las principales cárnicas del país que, con la complicidad de fiscales sanitarios corruptos, “maquillaron” con productos químicos carnes que estaban en mal estado y no cumplían con los requisitos para su venta en el exterior.
El presidente del Senasa señaló que además de los controles realizados por el organismo, “las empresa que importan esas mercancías en sus planes de control de calidad revisan absolutamente todo el cargamento”.