A los siete minutos del primer tiempo, funcionarios sanitarios del gobierno brasileño irrumpieron en el estadio Arena Corinthians de San Pablo en donde se disputaba el superclásico entre Argentina y Brasil por las eliminatorias sudamericanas para el mundial de Qatar 2022.
La insólita intervención del estado brasileño se debió a la presencia de cuatro futbolistas argentinos que son denunciados por romper el aislamiento al ingresar a Brasil tras provenir días atrás de Inglaterra, país calificado de alto riesgo por las autoridades gubernamentales locales en el marco de las restricciones impuestas por la pandemia del coronavirus.
La particularidad del caso es que la delegación albiceleste llegó a Brasil el viernes pasado en horas de la madrugada y, tras permanecer más de 48 horas en territorio brasileño, fue recién iniciado el cruce deportivo cuando las autoridades locales decidieron intervenir directamente en el campo de juego para llevarse a los mencionados jugadores que actúan en el Reino Unido.
La supuesta infracción sanitaria se vincula con el arquero Emiliano Martínez, el defensor Cristian Romero y los volantes Giovani Lo Celso y Emiliano Buendía, sobre los que el gobierno brasileño denuncia que existen declaraciones juradas falsas en su trámite de migraciones.
Por decisión del árbitro del partido, el encuentro organizado por FIFA entre Brasil y Argentina por las Eliminatorias para la Copa del Mundo queda suspendido.
— CONMEBOL.com (@CONMEBOL) September 5, 2021
Fue a los cuatro minutos de juego cuando un delegado de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) ingresó a la cancha para notificar a los protagonistas de que el partido no podía seguir por la disposición sanitaria tomada.
El partido fue organizado por la FIFA, que ordenó su suspensión minutos después de que los inspectores del gobierno brasileño ingresaran a la cancha, el partido quedara detenido y el equipo argentino se retirara a los vestuarios.
Martínez, Romero, Lo Celso y Buendía fueron denunciados por incumplir la norma para el ingreso a suelo brasileño, prevista en la ordenanza interministerial número 655, de 2021, que establece que los viajeros extranjeros que hayan pasado por Reino Unido, Sudáfrica, Irlanda del Norte e India en los últimos 14 días no pueden entrar a Brasil.
El argumento esgrimido para la solución fue que los jugadores estaban incluidos dentro del modelo de burbuja sanitaria de Conmebol aprobado por Brasil para todas las competiciones internacionales, aunque esa situación fue desconocida por Anvisa, órgano del gobierno federal de Jair Bolsonaro, que acusó a los futbolistas de haber mentido al ingresar al aeropuerto de Guarulhos desde Caracas.
CBF
Desde la Confederación Brasileña de Fútbol, su presidente, Ednaldo Rodrigues, mostró malestar y estupefacción ante lo sucedido, y explicó que Anvisa informó a todas las selecciones de la normativa para entrar en Brasil y que desde hace tres días monitoreaba a la selección argentina.
Rodrigues negó también que la federación brasileña haya participado de ninguna negociación. “En ningún momento la CBF ha sido parte de ninguna negociación para poner o quitar deportistas”, recalcó el dirigiente, “la Confederación Brasileña respeta las normas sanitarias”, aseguró.
Conmebol
En un conmunicado emitido poco después de la suspesión, la Confederación Sudamericana de Fútbol dejó en claro que toda circunstancia vinculada a la organización del evento corre por cuenta de la FIFA.
“El árbitro y el comisario del partido elevarán un informe a la Comisión Disciplinaria de la FIFA, la cual determinará los pasos a seguir. Estos procedimientos se ciñen estrictamente a las reglamentaciones vigentes. Las eliminatorias para la Copa del Mundo es una competición de la FIFA. Todas las decisiones que atañen a su organización y desarrollo son potestad exclusiva de esa institución”, fijó en su comunicado la Conmebol.