Durante la conmemoración del aniversario del nacimiento del fundador de Corea del Norte, Kim Il-sung, con un espectacular desfile cívico-militar, el régimen de su nieto Kim Jong-un mostró una serie de nuevos misiles, dos de ellos que Estados Unidos considera posiblemente intercontinentales y el mundo occidental en conjunto con China encendió la alarma sobre Pyongyang, la capital norcoreana.

“Si fuerza una provocación temeraria contra nosotros, nuestro poderío contrarrevolucionario contraatacará con un golpe aniquilador. Responderemos a la guerra total con guerra total, y contestaremos a la guerra nuclear con nuestro propio estilo de ataque nuclear”, sostuvo al comienzo del desfile el número dos del régimen, Choi Ryoung Hae, en un mensaje al presidente Donald Trump luego de que Estados Unidos desplegara buques de guerra ante la península coreana una semana atrás.

“Estamos completamente preparados para cualquier tipo de guerra si Estados Unidos ataca en la península coreana”, insistió Choi Ryoung Hae en otro tramo de su discurso.

Para China y Estados Unidos, la gran preocupación de la jornada norcoreana fueron los misiles: se mostraron 56, de 10 tipos diferentes. Sin embargo, ambas potencias sostienen que el régimen se ha fijado como gran objetivo desarrollar un proyectil intercontinental que pueda alcanzar territorios lejanos. Aunque nunca los ha probado en vuelo, el gobierno del país asiático ha mostrado en ocasiones previas dos modelos -el KN-08 y el KN-14- y ha prometido completar una prueba de otro misil a lo largo de este año.

De acuerdo a las descripciones brindadas por el diario El País de España, en este desfile se exhibió un modelo nunca visto hasta ahora, un aparente híbrido de los dos ya existentes, y dos nuevos tipos de lanzaderas. También se mostró por primera vez el KN-11, un misil balístico que se lanza desde un submarino y que los norcoreanos probaron con éxito ya el año pasado.

Las acciones del país asiático coincidieron con el viaje del vicepresidente de Estados Unidos Mike Pence a Corea del Sur, precisamente para analizar diferentes opciones con las que responder al programa norcoreano. «La provocación del norte es simplemente el último recordatorio de los riesgos que encara cada uno de vosotros cada día», dijo el segundo de Trump en un encuentro con militares estadounidenses de una base en Seúl, horas después de que el régimen de Kim Jong-un realizara el lanzamiento fallido de un misil.