Este miércoles 25 de enero se conmemora un nuevo aniversario del crimen del reportero gráfico José Luis Cabezas. Su hermana Gladys encabezó uno de los actos en Pinamar y recordó que ninguno de los responsables se encuentra detenido. “Nos mintieron diciendo perpetua”, sentenció.
Transcurrieron 26 años desde aquella madrugada en que un grupo de policías y delincuentes comunes asesinó a Cabezas en una cava de Madariaga, a pocos kilómetros de Pinamar. Dos de los acusados murieron y el resto está en libertad.
A esto se refirió la hermana del fotógrafo en el primero de los actos realizado en el monolito ubicado frente a la terminal de ómnibus de Pinamar.
“Decidí que este año quería hablarle”, aseguró Gladys en declaraciones a la agencia Télam, que transcribió la carta que leyó en el homenaje.
“Hoy 26 años, qué locura. Siento que fue ayer cuando con los viejos nos enterábamos por la radio que habían encontrado calcinado y esposado a un reportero de la Revista Noticias. ‘Por Dios, es mi hijo’, decía mami. ‘No puede ser’, decía papi”, sostuvo.
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La hermana de Cabezas habló de dolor, impotencia, mentiras e hipocresía. “Cuánta corrupción en manos de personajes siniestros. Llegó el juicio y nos mintieron diciendo cadena perpetua. Pero no fue así: era portarse bien en la cárcel y salir”, recalcó.
“Fuiste un buen fotógrafo, un buen hijo, hermano, marido, padre. Pero, sobre todo, una muy buena persona. Siento que no te mataron, no lo lograron, porque estás siempre en mí”, concluyó.
El crimen
El año 1997 había comenzado apenas hacía 25 días. La conmoción sacudió a un país entero, no se trató solo de un crimen, sino de un ataque cruel y certero a la libertad de prensa, de expresión y a la democracia toda.
El reportero gráfico y su compañero Gabriel Michi estaban enfrascados en una tarea de investigación periodística para la Revista Noticias. Además de desnudar el imperio que manejaba el poderoso empresario, buscaban lo que nadie había logrado: una foto del empresario Alfredo Yabrán.
La consiguieron tras un arduo trabajo y allí comenzaron las amenazas. Todo un aparato policial, en connivencia con un grupo de delincuentes comunes, se puso en movimiento bajo las órdenes del empresario -según pudo reconstruir la Justicia, aunque nunca juzgarlo- para amedrentar a los reporteros en principio, y para silenciarlos definitivamente después.
En la madrugada del 25 de enero de 1997, José Luis Cabezas fue secuestrado y llevado a una cava a 13 kilómetros de la ciudad de Pinamar. Esposado y de rodillas, le pegaron dos tiros en la cabeza para luego incendiar el auto con su cuerpo en el interior.
Los policías Sergio Camaratta, Aníbal Luna y Gustavo Prellezo fueron condenados a prisión perpetua, al igual que los integrantes de Los Horneros, Sergio González, Horacio Braga, José Auge y Héctor Retana. Camaratta y Retana han muerto, y el resto de los acusados y condenados por el atroz crimen se encuentran hoy en libertad.
La historia de Yabrán es conocida: se suicidó en mayo de 1998 en una estancia de Entre Ríos y su muerte impidió comparecer ante la Justicia investigado como el autor intelectual del crimen de Cabezas.