El ministerio de Salud de la Nación advirtió sobre el aumento de casos de infección invasiva por la bacteria Streptococcus pyogenes y sus síntomas. Es la causa más frecuente de faringitis aguda y ya causó casi una veintena de muertes en el país.
Son cuatro las provincias que concentran 75 de los 118 casos confirmados: Buenos Aires, Santa Fe, Chubut y Tierra del Fuego.
En relación a los casos confirmados de esta infección, en los años anteriores (2019-2022), el mayor número de casos se había registrado en 2022 con 75 casos reportados. Así, el número de casos de 2023 representa un aumento del 281% respecto al mismo período de 2019.
En cuanto a los síntomas de infección por Streptococcus pyogenes son dolor de garganta, fiebre, cefaleas, dolor abdominal, náuseas y vómitos, así como enrojecimiento de faringe y amígdalas. También mal aliento y aumento de tamaño de ganglios en el cuello.
La bacteria comúnmente origina distintas infecciones cutáneas como impétigo, celulitis, y escarlatina. Aunque, en ocasiones, puede presentarse como una forma grave o enfermedad invasiva, que puede causar condiciones potencialmente mortales.
En lo referido a la escarlatina, los síntomas más frecuentes son garganta roja y adolorida; fiebre (38.3 °C o más); erupción color rojo con textura de papel de lija. También piel de color rojo intenso en los pliegues de axila, codo e ingle; recubrimiento blancuzco sobre la lengua o el fondo de la garganta; lengua “aframbuesada”; dolor de cabeza; náuseas o vómitos; inflamación de los ganglios; y dolores en el cuerpo.
El Banco Mundial aprobó US$ 900 millones para salud, energía e infraestructura
Transmisión y tratamiento
El reservorio de Streptococcus pyogenes es el humano, formando parte de la flora normal. Así, las personas pueden ser portadoras asintomáticas.
La transmisión ocurre por contacto directo con una herida en una persona infectada o a través de gotitas eliminadas con la tos, los estornudos o al hablar. La higiene de las manos y la higiene personal pueden ayudar a controlar la transmisión.
El período de incubación para la enfermedad varía de acuerdo a la presentación clínica, entre 1 a 3 días.
La faringitis se diagnostica mediante cultivos bacterianos y se trata con antibióticos, cuyo tratamiento de elección es la penicilina.
El tratamiento adecuado con antibiótico transcurridas las primeras 24 horas elimina la capacidad de propagación. Por eso es importante no automedicarse y concurrir al médico frente a los síntomas.
En el caso de recibir indicación médica de tratamiento antibiótico, es fundamental completar el esquema -no acortar ni abandonar los tratamientos anticipadamente-, ya que la utilización inadecuada de los antibióticos promueve la resistencia bacteriana, hecho que atenta contra su efectividad en el futuro.
Las personas enfermas deben evitar concurrir a lugares públicos (trabajo, escuela) y restringir los contactos hogareños.
Además, es importante no compartir objetos de uso personal (cubiertos, vasos, toallas, entre otros) y ventilar adecuadamente y de forma regular los ambientes.