Dos estudios iniciales en humanos arrojan esperanzadores resultados en la creación de fármacos para personas específicas.
La posibilidad de ayudar al propio sistema inmune a combatir el cáncer se ha convertido en un enfoque prometedor en los últimos años. Sin embargo, es difícil identificar qué pacientes se van a beneficiar de qué tipo de terapias y en qué grado.
El diario El País de España difundió esta semana resultados publicados por la revista Nature de dos estudios iniciales en humanos que muestran las posibilidades de crear vacunas para tipos de cáncer concretos en personas específicas.
En uno de ellos, un equipo de científicos del Instituto para el Cáncer Dana-Farber y el Instituto Broad del MIT y la Universidad de Harvard creó vacunas con hasta 20 neoantígenos diferentes asociados a las mutaciones en melanomas de seis pacientes. Tras 25 meses de seguimiento, cuatro de los pacientes tratados no habían sufrido una recaída. En dos de ellos, el cáncer había regresado, pero los investigadores lograron hacer retroceder del todo la enfermedad empleando una de las inmunoterapias más convencionales, un fármaco que ataca a las proteínas PD1 con que las células de cáncer se protegen de los linfocitos.
Los autores explican que su método consigue buenos resultados con menor toxicidad que terapias como las anti PD1, que además de generar respuestas contra el tejido tumoral pueden producir ataques a tejido sano en algunos pacientes. En este caso, los efectos secundarios fueron síntomas similares a los de la gripe, cansancio y algunas erupciones en la piel. Además, consideran que al azuzar a los linfocitos contra muchos antígenos diferentes del tumor, pueden combatir mejor una de sus principales armas, su heterogeneidad, que le permite seguir creciendo cuando se emplea un fármaco que solo ataca a una de sus mutaciones.
En el segundo ensayo, liderado por Ugur Sahin, de la empresa Biopharmaceutical New Technologies (BioNTech) de Maguncia (Alemania), los investigadores crearon vacunas dirigidas a hasta diez mutaciones en 13 pacientes con melanoma. Con una técnica de empaquetamiento de ARN para provocar la respuesta inmune, lograron que ocho de los pacientes permaneciesen libres de tumores tras 23 meses de seguimiento. Cinco de los pacientes sufrieron recaídas antes de comenzar con la vacunación, dos de ellos tuvieron alguna respuesta después de recibirla y uno experimentó una regresión total después de combinar la vacuna con una terapia anti PD1.