Un artículo publicado en la revista Frontiers in Public Health estima que en los países desarrollados hasta el 90% de los hombres adultos, el 80% de las mujeres y el 50% de los niños tienen un porcentaje de grasa problemático para su salud.
La forma habitual de medir si una persona tiene un peso saludable es el conocido índice de masa corporal, que asocia la estatura y el peso de una persona. Como se sabe desde hace tiempo, esta fórmula no siempre ayuda a predecir si una persona va a tener problemas de salud asociados al sobrepeso. El mejor indicador es el exceso de grasa. Diversos estudios han observado que muchos individuos que se consideran delgados o con un ligero sobrepeso, pero que tienen un porcentaje de grasa elevado, tienen niveles de presión arterial, insulina o inflamación propios de alguien con obesidad.
Un equipo de investigadores liderado por Shang-Ping Hung, del Hospital Chi Mei en Liouying (Taiwan), observó particularmente que en un grupo de mujeres de entre 20 y 26 años, el 70% de las que tenían un exceso de grasa corporal habrían pasado por sanas mirando a su índice de masa corporal.
Los autores del trabajo, liderados por Paul B. Laursen de la Universidad Politécnica de Auckland, abogan porque se cambie la definición de la obesidad y no se centre en el peso corporal sino en la grasa. Como forma para hacerse una idea de si se tiene sobregrasa, es que la circunferencia de la cintura sea mayor que la mitad de la altura.
Medir con precisión los niveles de grasa corporal requeriría métodos tecnológicamente más complejos como la absorciometría con rayos X de doble energía.