En el ensayo, los científicos usan desechos forestales y alimenticios que luego son transformados en pastillas de carbón, y que se agregan al agua para descontaminarla de bacterias y parásitos como así también de minerales y agentes químicos.
Ramas, hojas de árboles podados, cáscaras de huevo y de semillas de girasol son algunos de los residuos utilizados por el equipo del Conicet La Plata, liderado por el investigador adjunto Pablo Arnal en el Centro de Tecnología de Recursos Minerales y Cerámica.
La premisa del trabajo es que “todo problema de contaminación de agua y cualquiera sea la fuente que lo provoque debe poder ser resuelto a partir del aprovechamiento de recursos locales, tanto materiales como humanos”.
La mecánica de investigación consiste actualmente en transformar esos desechos forestales a carbón, que a su vez convierten en pellets, unas pastillas parecidas al alimento para mascotas que podrían retener selectivamente alguna de las sustancias mencionadas. Otros compuestos pasibles de ser eliminados en la mira de los científicos son pesticidas, metales pesados y colorantes de la industria textil.