Dicen los expertos y científicos, que la memoria puede entrenarse si somos capaces de repetir lo que es nuevo, de asociarlo a conceptos que ya conocemos, de vincularlo a emociones y de jugar con la novedad.
Repetición
La experiencia de recordar fácilmente un movimiento después de haberlo repetido un sinfín de veces es química. Generamos un nuevo hábito, es decir, un nuevo cableado neuronal, que actúa inconscientemente. Por eso no es de extrañar que sin darte cuenta te hayas dirigido al trabajo en automóvil cuando realmente querías ir a otro sitio. La repetición genera un nuevo surco en la memoria que desemboca en buenas o malas situaciones. Si la idea es aprender algo nuevo, el primer punto es repetir, repetir y armarte de paciencia.
Asociación
Según la conferencia TED de Chester Santos, en vez de fijarnos en una palabra, debemos crear una historia que nos ayude a recordarla. La asociación se puede llevar al día a día en muchos modos, como sucede a la hora de recordar los nombres de personas que uno acaba de conocer. El truco es asociar cada nombre a una persona que ya conoces anteriormente. De este modo, cuando te presenten a Juan, por ejemplo, evocas a un amigo tuyo que también se llame así. Muy posiblemente te resulte más sencillo acordarte de su nombre.
Resonancia emocional
Seguro uno recuerda qué estaba haciendo cuando supo de un evento trascendental o cuando le dieron una noticia que lo sorprendió, o un momento en el que disfrutó mucho. El motivo se debe a la amígdala, la zona del cerebro emocional que tiene la cualidad de registrar sensaciones intensas. Por ello, todo aquello que hayas vivido con intensidad emocional te será más fácil de memorizar, como una asignatura que te gustara mucho en el colegio o la visita que hiciste a algún lugar que te fascinó. Así pues, en la medida en que algo te guste, incluirás emociones y te resultará más fácil memorizarlo.
Novedad
Lo nuevo atrae a nuestro cerebro y lo recuerda. Esto se debe también a la resonancia emocional que nos despierta. Por ello, resulta más fácil recordar los nombres si la historia que construyes es sorprendente o descabellada. Podríamos decir que a nuestro cerebro le gusta divertirse un poco. Por ello, si utilizas también tu imaginación y creatividad a la hora de escribir las cosas que no quieres que se te olviden, se lo pondrás más fácil a tu memoria. Le es más fácil recordar palabras decoradas o pintadas artísticamente que recogidas en un documento de Excel.